-Esas palabras hicieron demasiado ruido en su cabeza, borrando la sonrisa de tajo y volviendo a su expresión neutra, aunque pasó a verse molesto por la sola insinuación, tomando con mayor fuerza la espalda.-

¿A qué juegas? Por supuesto que no, no soy como imaginas y menos como tú.
Disfruto de ver tu rostro, como si realmente no esperaras que fuera capaz de herirte por ser un arcángel, nada más que eso...

-Sin embargo y, contra sus propias palabras, había una oscuridad escondida en el corazón del arcángel. Su serenidad y seriedad mantenían preso a una maquina asesina, la misma máquina capaz de acabar con cientos de entes e incluso vidas con blandir su arma una sola vez.
¿Por qué? Pues simple capricho del todopoderoso seguramente, ni siquiera él se sentía totalmente seguro y libre de la muerte si creó un ser tan letal a su mandato.-

Palabras que se alejaban de la verdad, Caín vivia cada dia enfrentandose con cada ser existente: Angeles, Arcángel, demonios e incluso aquellos que comparten su sangre, para que al final todos ellos terminaran arrepintiéndose de sus acciones.

—¡¡¿Rogar?!!— Formulo aquella pregunta con énfasis destacando en su tono de voz y expresión facial el furor que aquellas últimas palabras provocaron en el condenado, pero tan pronto vio la expresión del angel llena de regocijo su ira ceso como un consuelo a su alma, sacándole una amplia sonrisa cargada de satisfacción. Despues de todo, incluso un Arcángel podia disfrutar de la desgracia ajena. Sacaría provecho de eso. —No eres diferente a mi, ¿disfrutas de esto verdad? Eres distinto al resto de tus hermanos. . .— Mordió su propia lengua dejando salir algo de sangre misma que dejo caer sobre su herida, esta actuó como catalizador acelerando la regeneración de su tejido muscular.

¿Qué? ¿A caso nunca te habían enfrentado? Vaya que mal perdedor... y que rabieta tan estúpida~

-Por primera vez, en el rostro del ángel se mostró una sonrisa con sorna, como si disfrutara de ver el dolor ajeno.
No estaba orgulloso de sus actos, pero sobre advertencia no había engaño alguno y eso parecía que jamás le hubiera pasado al condenado, lo notaba en su expresión, empuñando la espada, listo para lo que pudiera suceder.-

Si he de morir, tu no saldrás bien librado, Caín...
Me encargaré de que tu cuerpo sufra en carne propia lo que seguro intentaste en muchos otros seres. Rogarás no haberte topado con un arcángel.

Al ser el dolor insoportable fue fácil para el angel soltarse de su agarre y para cuando este se habia recuperado de aquel asfixiante evento, Caín lucia su brazo casi mutilado, una profunda cortada se mostraba al igual aquel huesi que se alcanzaba a asomar, todo un espectáculo sangriento e inverosímil.

Cain parecia estar conmocionado incrementando no por el desmesurado dolor que un persistia en él, se debia a que por priners vez no tenia control de la situación, echó que claramente lo lleno de cólera, emocion que podía verse en esos ojos que lentamente se cubría de un fulgor rojizo, anunciando peligro inminente.

Por otra parte, la herida parecia no sanar, la carne humeante luchaba por regenerarse; echó imposible, al menos por el momento. —Pagaras por esto — No escucho palabras, su conciencia lentamente fue perdiéndose entre un océano de ira mientras veía su propio brazo.

Te lo advertí... Prefiero morir...antes que ceder a ti.

-Murmuró en un hilo de voz, con la falta de aire que su mismo esfuerzo y el incansable agarre le mantenían.
Bastó removerse un poco más para liberarse por fin, cayendo al suelo y manteniendo sujeta la espada, liberando su filo de aquel corte para retroceder con rapidez, utilizándola como apoyo al ponerse en pie, tambaleando, bastante afectado.-

Es tu última oportunidad... No podrás regenerarte, no rápidamente y... y soy capaz de dar mi vida si con ello te destruyo.

Cain estaba acostumbrado a que todo ser fuese intimidado por sus amenazas, incluso el mismo Arcángel Michael fue incapaz de levantar un arma en su contra pese a la situación que se vio muchas veces estando a manos del antiguo, pero este angel era estúpido al oponerse a él.

El arma sesgo su carne, apenas unos centímetros.
El dolor fue incomparable, de su carne ardiente comenzando a emanar humo por culpa del arma, cerro a penas un ojo ante el intenso e incomparable dolor, pero aun así fue capaz de sostenerlo aunque con la fuerza aminorandose a cada segundo. —Que angel tan audas o debería decir. . . estúpido — Su auto regeneración fue suprimida sin poder creerlo, sintiendo cómo la hoja de esa espada llegaba hasta su hueso, en consecuencia elevando la furia del antiguo.

-Decir aquello fue un error, ahora lo tenía claro y no iba a dudar conforme se iba privando de sentir su cuello con normalidad por la presión.
Tomó la espalda tanto por el mango como por la hoja por encima de su cabeza, aferrándola bien y, aún si provocó cortes en sus propias manos, estaba listo para utilizarla cual guillotina contra los brazos ajenos.-

P-prefiero... morir...

-Respondió a duras penas, bajando con velocidad y fuerza el arma, impactando directamente en el antebrazo con el filo en diagonal para asegurarse que iba a lograr llegar hasta el hueso incluso.-

Algo herido por aquella energía del inicio menguo su fuerza, aun así pudo sostener bien ese cuello y presionar este sin tanto problema, eso, hasta sentir aquel golpe en su estomago una parte aun sensible por el ataque inicial.
Para ser alguien con ese cuerpo poseía gran fuerza física, admitió el error de subestimarlo únicamente por su frágil apariencia, pero aun así no estaba dispuesto a soltarlo, puso mas fuerza en aquella mano en cuanto sintio aquel impulso ayudado por esas alas.
La única manera de ser libre era cortando la mano que lo sostenía. —Mejor deja de luchar y coloca tus pies sobre la tierra—

-El despiste entre mantenerse en apariencia fuerte y su espada debidamente aferrada le terminó costando caro, sintiendo la presión repentina en el cuello, sorprendido quedar atrapado en tal situación.
No le dio muchas vueltas, pensar demasiado lo terminaría matando, por lo que giró la hoja de la espada con certeza para cortarle las manos de ser necesario, ayudándose de elevar las piernas y asestar una patada doble directo en su estómago, sumando el impulso que dio con las alas, todo sólo para liberarse de él.-

¡Quítame tus manos de encima!

Al desplegar esas alas asumió que el Angel escaparía, "Debo evitarlo” fue lo que penso mientras se vio desesperado. Y tan rápido cómo sus habilidades sobre humanas le permitiron, sometió al angel por el cuello, su enorme mano le permitió rodear bien esa parte de su cuerpo ajersiendo presión en la traquea, aun si aquello fuese contraproducente para el Cainita, estaba decidido a no soltarlo hasta verlo arrodillado.