- ¡Te equivocas! Un guerrero jaguar siempre protege a su pueblo y está al servicio de los dioses aunque cueste la propia vida. -Se colocó en posición de ofensiva, empuñando el arma con la intención de proteger a toda costa al sagrado artefacto, que si bien, se conoce por poseer gran poder, por ende la chica no iba a bajar la guardia.- Sé que quieres robar esta reliquia, sin embargo, te daré la oportunidad de salvar tu vida, dar la vuelta y regresar por dónde has venido. No es sensato enfurecer a los dioses. -Endureció su mirada mientras un pequeño mono abrazo el esbelto cuerpo de la adolescente, sin duda era su fiel compañero.-