- ¡Te equivocas! Un guerrero jaguar siempre protege a su pueblo y está al servicio de los dioses aunque cueste la propia vida. -Se colocó en posición de ofensiva, empuñando el arma con la intención de proteger a toda costa al sagrado artefacto, que si bien, se conoce por poseer gran poder, por ende la chica no iba a bajar la guardia.- Sé que quieres robar esta reliquia, sin embargo, te daré la oportunidad de salvar tu vida, dar la vuelta y regresar por dónde has venido. No es sensato enfurecer a los dioses. -Endureció su mirada mientras un pequeño mono abrazo el esbelto cuerpo de la adolescente, sin duda era su fiel compañero.-

Al ver que era una niña bajo el arma y mas al ver arcaico artefacto que esta poseía.

No eres muy joven para estar protegiendo un templo antiguo ?

Su vista no se separaba de la enorme reliquia de oro, debia llevársela fuera como fuera sin tener que lastimar a a la misma.

- Esa reliquia sagrada no te pertenece. -Aparecio frente al joven aquella chica que oscila entre los 16 años, tan joven y mortal con ese largo boomerang detallado y blindado con oro y obsidiana.-

-De reojo, observaba que ese intruso estaba escondiendo algo, quizá un arma, aunque la joven aún desconoce todo lo relacionado con las armas de fuego.-

No puedo haber un sitio donde simplemente este la reliquia esperando a que yo la tome?

Desenfundo su pistola estaba listo para lo que viniera, ya se hacia costumbre esto de ser "bien recibido" en templos, apuntaba la luz a cada rincón oscuro del lugar.

- ¡Intruso! -Gritó aquella joven de dulce voz y exótico aspecto.- ¿Cómo te atreves adentrarte al templo del señor de la guerra? Tú vida, es el precio por tal indulgencia. -Diría sin apartarse de aquel caza tesoros. Mientras tanto, Cham Cham estaba armada con aquel largo boomerang, amenazante y con ese elegante porte de guerrera jaguar.-