- Trató de no reír pero resultaba inevitable, su amigo era bastante divertido estando en ese estado. -
Naos... Te voy a internar, me estás preocupando.
- Bromeó con eso, pero esperaba provocarle alguna reacción. Tomó un poco de más helado y lo llevó a su boca saboreandolo. -
Creo que ya es tiempo de ir con el psiquiatra... (8)

—Con la boca llena le sonrió, poniendo el bote de helado en medio de ambos, aunque casi lo tira, estaba demasiado cósmico(?).— ¡Cuánto te quiero, cuánto te extrañooooo!(8) —Soltó de la nada, disfrutando del tono frío del helado.—

— Se sentó con él en el suelo mientras reía divertida y tomaba aquella cuchara para robarle un poco del helado, si es que la dejaba. (?) —
Dameeeeeeeeeeeeee.
— Por un momento se quedó mirando a su amigo, comenzando a preguntarse si debía cortar aquellos arbustos con bayas. —

¡Helado de limóoooon! —En efecto, estaba drogado y su voz aletargada lo comprobaba. Invitó a su compañera a sentarse en el suelo con él. Buscó las cucharitas de plástico y se metió una gran porción de helado a la boca, buscando que el frío le despejara las ideas.—

— No pudo aguantarse el reír a carcajadas al verlo limpiarse los labios. — ¿Qué haré contigo? No me queda de otra más que... — Sacó de la bolsa de papel que traía en las manos un bote de helado del sabor preferido de su amigo. — Comamos mientras se te bajan los efectos. (?)

¡Yo no he comido nada de nada! No puedo mostrarte cariño porque entonces piensas que estoy drogado. —Nada discreto, se limpió los labios con la muñeca, tratando de quitarse el color carmesí del fruto prohibido(?).—

Lobito, lobito. — Niega con el rostro casi mostrando desaprobación. — ¿De nuevo comiste de esas bayas que te prohibí? (?)

—Aulla.— ¡Ésta es 'meja! —Habla regio(?).—