[...] Estaba tan enojada que intentando suprimir palabras no agradables para los oidos terminó mordiéndose el labio inferior hasta el punto de enrojecerlo. Verla sentarse frente a ella el pareció tan cínico de su parte que le hizo soltar una risita incomoda.

—P-Pues.... S-Si no te vas entonces.... Entonces tendrás que asquearte viendo toooda ésta grasa que taaanto te disgusta mientras me cambio. ¿Eso quieres?.—