No, entendiste mal...

— Tal vez en ese punto, no valía la pena discutir con ella. Después de todo, la mujer parecía no hacerle caso a lo que dice a veces.(?)
Sus dedos se aferran al marco de la ventana por la que finge estar mirando; las acciones de Carmen indicaban que se estaba divirtiendo. Sobre todo ese apretón.—

Por supuesto que nadie me azota. Pero, fue algo tan repentino que pensé lo peor; podía tratarse de algún pervertido. Un pervertido desconocido, porque a ti ya te conozco... (?)