No se daba del todo a explicar, pues ni el comprendia del todo a qué su maldicion se refería o sus circunstancias, sentía que de explicarlo esto tendría poco sentido, sin embargo, buscaba las palabras correctas y no era capaz de encontrarles al momento, así que se limitó a preguntar:
– Seria mucho pedirte la fecha y el año…? – Sabría que aquello a lo mejor no tendría mucho sentido para la kitsune, por lo que no trataba de explicarlo ya que no quería explayar un tema algo aburrido. Saco entonces de su bolsillo.
Parecía algo llamado por su cola, era quizás solo una de las muchas veces que veía a una criatura de ende mágico, sin embargo, siempre disfrutaba de verlas, pues era por naturaleza extremadamente curioso e intuitivo.
– Hmm… Luce como si quisieras disfrutar un rato sin presiones ni molestias… Te diré que, puedo darte algo de mi tiempo en este lugar, a cambio tendrás que darme un cigarro… y bueno… obviamente tendrías que compartir un rato conmigo.
₪ Jun.. solo conozco una Discordia ₪ * Mala suerte del caballero talvez, Nairobi estaba especialmente estresada, lo único que quería era que terminara el estúpido desfile y poder irse a casa, en el lugar la Kitsune solo cumplía con su trabajo, Zet se encontraba en un evento de caridad, normalmente la Corporación Zeilen daba el patrocinio para ese tipo de actividades, la zona del bosque había sido rastreada por Nairobi, se detuvo a ver una mariposa y fue cuando el extraño caballero aparecio, como era normal en ella en no le agrado, al igual tampoco le molestaba la compañia, tomando asiento en una roca cercana, lleva un cigarrillo a sus labios y lo enciende usando la punta de una de sus colas, revelando su naturaleza como Kitsune " ₪ En dias como hoy odio mi trabajo .. ₪
-Hmm… pues… comienzan sus vidas como una oruga… terminan transformándose en mariposas. Comen carne, a pesar de no aparentarlo, cuando aterrizan en ti están evaluando si estas vivo o muerto. – Da otra mordida a la manzana, aquel olor a “humano” sin embargo, era más probable que procedería del poblado y no de su persona. Su olor dentro de todo debía ser bastante peculiar, pues no era una criatura de este mundo.
-Supongo que es solo de educación decirte mi nombre, mi nombre es Densetsu Ryouma. No que eso signifique mucho, Soy lo que llamarías una anomalía… algo que no debería existir una discordia causada por errores. – Alza sus hombros explicando con lentitud sonriendo al momento, cerrando su único ojo azulado visible.
₪ Hum.. ₪ * Veluchi estaba entretenida con la mariposa, la presencia del hombre al asercarse pone nervioso el insecto, aquello advirtio de la presencia del varon aun antes que el pudiese verla, el olor a humano es sencillamente detestable para la Kitsune, no le agradan en absoluto los humanos, sin embargo debe mantener principios de cortesía es un representativos de la mujer Basilia, escucha con atención, la mariposa se pierde en su vuelo al dirigirse a lo profundo del bosque, Nairobi acomoda su vestido, al tiempo que sus colas rodean su espalda y la cubren formando un peludo abrigo, las orejas responden a la voz con leve movimiento, la mujer voltea y se dirige al hombre * ₪ Una Mariposa, es un ser vivo, misterioso y muy extraño, me llaman Luna Nairobi. ₪
Camino entonces a las afueras del bosque, finalmente dejando caer aquella fruta de su manga, a su mano llevándola a su boca para dar una mordida a esta refunfuñando su mala suerte. Solo disfrutando del sabor de esta sin más. Su cabello castaño moviéndose con el viento ligeramente relajándose y sentándose en las raíces de un sauce cerca de las orillas de un lago, no muy apartado de aquel poblado pesquero. Tomando entonces vista de aquella joven con rasgos de zorro, quien estaba entretenida con aquella mariposa.
- … A veces una mariposa es el susurro de una persona muerta… o era eso las polillas, no recuerdo… - Menciono mientras deslizaba la manzana de su manga hasta su mano atrapándole y dándole una mordida.
Era un día como cualquier otro cuando aquel hombre, que vestía una gabardina negra de cuero negra, no molestaba en usar una camisa dejando a simple vista su musculatura abdominal y pectoral, pantalones negros y botas de cuero negras, caminaba por aquel mercado, su único ojo a la vista en color azulado, el otro iba cubierto por un parche. Estaba claramente molesto, sin embargo, no había una indicación clara del porqué. Cuando pasaba al lado de un vendedor de fruta, sin que siquiera alguien notara algo, tomaba una manzana con la audacia y habilidad de mano de un mago, dejándola resbalar por su manga sosteniéndola entre su piel y la ropa unos momentos hasta quedar fuera de vista.
