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Abraxaso · M
—No está mal— Dado que se había cubierto con un arma lo suficientemente larga su cuerpo le daría el espacio para poder empujarla, repelerla, así evitar el filo. Pero así no solo se quedaría, dio un impulso y con dos pasos buscaría realizar una firme estocada, su idea sería tratar de dar directo en la zona cubierta del rostro, un impulso fuerte que no solo traería un espadazo si no también un empuje para alejarla de nueva cuenga
Abraxaso · M
La proximidad, el ataque improvisto le daba poco para reaccionar; sostuvo con firmeza la espada desde el mango, y en respuesta cruzaría el filo principalmente para protegerse, no evadiría, se cubriría completamente de modo que los metales resinarían en ese fuerte impacto que habían generado. Esbozó una sonrisa complacida, no podía esperar menos de ella; no tenía una relación estrecha con la regente, pero alguien tan cercana al conquistador no podía ser una descuidada
Abraxaso · M
Evadir, responder, sólo dos opciones, Abraxas había aprendido a pelear en lo salvaje, Gracias a las expediciones de su padre así como distintas vivencias, el caballero simplemente se había formado por sus propios méritos, y por ello había aprendido el secreto más importante al pelear. Esperar lo inesperado
NaerysDragonhelm · F
(...) para hundirla en su costado derecho, por debajo del pulmón.-
NaerysDragonhelm · F
-Sonrió de lado ante la confidencia de Abraxas. Naerys no era ninguna inútil, desde pequeña, pese a las costumbres de su pueblo, se había entrenado en secreto con la espada, el arco y los cuchillos, y aunque nunca antes se le había visto portar un arma, se sabía que meterse con ella era un rotundo error.
Mantuvo la posición de ataque y aunque el visitante había insistido en su caballerosidad para cederle el primer movimiento, ella insistiría en persuadirlo.
—Quizás se arrepienta, majestad. No quiero cargar en mis manos, la sangre de un... —Y se lanzó de frente, sin previo aviso ni ceremonia. Giró el cuerpo a unos 45° a la derecha a la vez que alzaba el brazo para lanzar el primer golpe desde arriba a hacia el hombro de Abraxas con la intención de dar el primer golpe en esta zona. Sabía que no era un inútil, tenía mucha más experiencia que ella y sabía haría lo posible por evadir su golpe, pero en su siniestra, una filosa sorpresa le esperaría al estar lo suficientemente cerca(.
Mantuvo la posición de ataque y aunque el visitante había insistido en su caballerosidad para cederle el primer movimiento, ella insistiría en persuadirlo.
—Quizás se arrepienta, majestad. No quiero cargar en mis manos, la sangre de un... —Y se lanzó de frente, sin previo aviso ni ceremonia. Giró el cuerpo a unos 45° a la derecha a la vez que alzaba el brazo para lanzar el primer golpe desde arriba a hacia el hombro de Abraxas con la intención de dar el primer golpe en esta zona. Sabía que no era un inútil, tenía mucha más experiencia que ella y sabía haría lo posible por evadir su golpe, pero en su siniestra, una filosa sorpresa le esperaría al estar lo suficientemente cerca(.
Abraxaso · M
De sus labios emergió una risa, en nada burla, mucho menos descuido, más bien gozo, si podía aunque sea señalar a alguien de entenderle era justamente la regente, de ahí el porqué de su inesperada visita
—No podía esperar menos de usted, alteza—
Medir espadas, lo natural en su costumbre, un acto más de compañerismo que enemistad. De su lado desenfundó la propia, Black Sabbath, el arma conquistadora de su padre ahora usada por el como una espada más
—Insisto, es su hogar así que… le doy el primer turno — Confiado, con una falsa galantería ¿como respondería ella?
—No podía esperar menos de usted, alteza—
Medir espadas, lo natural en su costumbre, un acto más de compañerismo que enemistad. De su lado desenfundó la propia, Black Sabbath, el arma conquistadora de su padre ahora usada por el como una espada más
—Insisto, es su hogar así que… le doy el primer turno — Confiado, con una falsa galantería ¿como respondería ella?
Abraxaso · M
Irrespetuoso, vestido con una simple túnica rasgada muestra de posiblemente su tiempo de viaje, sin vasallos, sin séquito, simplemente el. Bajo la túnica se encontraba una armadura de metales negros, la clásica del ejército de su nación, es claro que la había robado a pesar de que fácilmente podía pedir la propia antes de salir.
Su rostro mostraba uno que otro rasguño producto del camino, pero ni siquiera eso parecía estarle molestando Justo ahora ¿que tipo de príncipe es este? Parecía más un simple explorador que un heredero de pies a cabeza
Su rostro mostraba uno que otro rasguño producto del camino, pero ni siquiera eso parecía estarle molestando Justo ahora ¿que tipo de príncipe es este? Parecía más un simple explorador que un heredero de pies a cabeza
NaerysDragonhelm · F
—Eman bere odola. Haren arima nahi dut, eman iezadazu...—
Alzó la vista tras las palabras de aquel visitante.
—Alteza —Respondió Naerys con una sonrisa confiada. La armadura no era práctica en batalla, eso era cierto, quizás demasiado adornada para el campo de batalla, pero el emperador había insistido, pues la había mandado hacer exclusivamente para ella. Uno de los mozos retiró el yelmo y lo reemplazó por un casco completo. Con anteojeras anchas que le cubrían incluso gran parte de la cara, con dos alas de ángel en los laterales y una crin negra que contrastaba en su caída con el blanco cabello de la reina Naerys, quien, sosteniendo la espada Dark Queen la hizo girar un par de veces antes de colocarse en guardia con la pierna derecha flexionada y apoyada al frente y la izquierda tensa hacia atrás.
—Temer o no, es algo que me tiene sin cuidado, has venido aquí con ánimo de lucha y te concederé el placer de ser abatido por mi. Listo? —
Alzó la vista tras las palabras de aquel visitante.
—Alteza —Respondió Naerys con una sonrisa confiada. La armadura no era práctica en batalla, eso era cierto, quizás demasiado adornada para el campo de batalla, pero el emperador había insistido, pues la había mandado hacer exclusivamente para ella. Uno de los mozos retiró el yelmo y lo reemplazó por un casco completo. Con anteojeras anchas que le cubrían incluso gran parte de la cara, con dos alas de ángel en los laterales y una crin negra que contrastaba en su caída con el blanco cabello de la reina Naerys, quien, sosteniendo la espada Dark Queen la hizo girar un par de veces antes de colocarse en guardia con la pierna derecha flexionada y apoyada al frente y la izquierda tensa hacia atrás.
—Temer o no, es algo que me tiene sin cuidado, has venido aquí con ánimo de lucha y te concederé el placer de ser abatido por mi. Listo? —
Abraxaso · M
—Dominio de la espada sin visión alguna ¿se supone que es un estilo al que deba temer?
Naturalmente curioso, más aún cuando se trataba del reino vecino. El príncipe no era demasiado de formalidades, si no más bien acciones concretas.
Ahí estaba, blandía su espada aún con extrañeza, esa armadura podía ser vistosa pero ¿siquiera funcionaba como debía?
Naturalmente curioso, más aún cuando se trataba del reino vecino. El príncipe no era demasiado de formalidades, si no más bien acciones concretas.
Ahí estaba, blandía su espada aún con extrañeza, esa armadura podía ser vistosa pero ¿siquiera funcionaba como debía?
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