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26-30, F
ʀᴘ ғᴏʀ ᴍᴘ
About Me
About Me
[image][image]Natalya Venegas esa soy yo...Nací en un pueblo ubicado al sur de Colombia en el año 1993, un triste y pequeño barrio donde se respira la miseria, abunda el hambre y la palabra esperanza dejó de ser un sentimiento para convertirse en una vaga formalidad, todo lo que aquí nace esta maldito a perecer dejándote en el transcurso de tu vida dos únicas opciones: vivir amenazado por las despiadadas garras del ghetto y la hambruna o ser parte del problema, vivir a costa de otras vidas hasta que otra persona termine la tuya. Tan simple como se escucha, no hay camino fácil o camino difícil, en ambos caminos la mierda abunda y te conducen hasta la perdición pero la segunda opción siempre sonara más tentadora, se disfraza tan colorida y atrayente que es difícil no soportar la tentación, sea cual sea tus necesidades, tus circunstancias, tus incertidumbres o tus infelicidades... el dinero es la única solución y el tesoro se encuentra sepultado bajo una enorme pila de mierda ¿Qué crees? Esa es la respuesta, tienes que mancharte las manos de mierda y revolcarte en ella para conseguirlo, te resumiré la metáfora aunque creo que fue lo suficientemente gráfica para explicarse por si sola: Si no te ensucias, jamas obtendrás nada.
[image]En un barrio tan pequeño como en un tablero de ajedrez deben haber más peones y no hay espacio para tantos reyes, una vez que ya estas en una ''partida'' estas jugando con tu vida y cada puta acción por insignificante que parezca repercute, los errores tienen consecuencia y es inevitable no cometer errores, no hay forma de enmendarlos y sólo puedes evitarlos cometiendo errores más grandes ¿Suena confuso? No te calentare tanto la cabeza y seré más clara: Un error = Una vida... La tuya o la vida del que te la va a querer quitar cometiendo así un segundo error, una vez empieza no se detiene y terminas convirtiéndote en el eslabón de una larga cadena que nunca tiene un final.

[b]Mi madre:[/b] Victoria Garcia, enfermera, desperdició su juventud trabajando para darle a sus hijos dos comidas al día, nunca llegó a graduarse de la secundaria porque quedó embarazada a los 16 años luego de unas largas vacaciones de verano antes de su ultimo año de bachillerato conoció a un tipo seis años mayor, se enamoró o al menos eso quiero creer ya que no encuentro otro motivo para comprender como es que en cada polvo nunca se cuidó, fue expulsada del colegio cuando la enorme barriga dejó de pasar desapercibida en el uniforme escolar, siempre fue una mujer demasiado orgullosa por lo que prefirió huir de casa antes de vivir bajo las reglas de su autoritaria madre y sin dar demasiadas explicaciones, sin decir a donde iba, se marchó a otro barrio donde comenzó su infierno o al menos así siempre lo describía aquella mujer frustrada que tan sólo cuatro meses después me dio la vida y seis años después a mi hermano menor.
[image][b]Mi padre:[/b] Raúl Venegas, Lo poco que recuerdo de el es que era un ser bastante miserable, obstinado, de mal temperamento hasta el punto de llegar a parecer un peligro familiar, su frustración y su frágil ser le hicieron caer en las garras del alcoholismo y otros vicios como las apuesta, como todo buen cáncer que era el, se fue agraviando con el pasar del tiempo, dejó de luchar, dejó de trabajar y no había un puto día en que el hijo de puta no estuviese ebrio, aun recuerdo su mal genio, quedó marcado en mis recuerdos cada una de las noches que llegaba a desquitar su frustración con mi madre, si, miré en varias oportunidades a través de la puerta de mi habitación como la golpeaba sin ningún motivo abusando de su fuerza para imponerse como si fuese superior, el maltrato verbal se hacia más indignarte mientras pateaba su cuerpo tendido en el suelo y lo pisoteaba literalmente como si se tratase de un inofensivo insecto. Hurtaba las cosas de la casa para venderlas, le robaba el dinero que mi madre se ganaba con el sudor de su frente para poder pagar su vicio. Se marchó cuando mi madre quedó por segunda vez en estado, se endeudó con las personas equivocadas y sin dejar nada más que un amargo recuerdo y una gran deuda nunca más volví a verle, para mi suerte.
[image]A mis 13 años ya estaba en segundo año de secundaria, en un colegio publico tan miserable como el barrio en donde se fundó, con una educación tan mediocre que no te daba ninguna esperanza para triunfar, a pesar de ser tan jóvenes todos carecían de ese espíritu soñador, nadie aspiraba a nada más que seguir los pasos de sus desdichados padres y convertirse en uno más de lo que tanto aborrecían, nunca alcanzó el dinero para nada más que sobrevivir, tan sólo para la comida y en la mayoría de los casos no llegaba a ser suficiente, aquella enorme deuda que dejó el imbécil de mi padre nunca se pudo saldar, los intereses hacían crecer su valor y parte del salario de mi madre era entregado a los cobradores, pero aquella suma tan insignificante que alcanzaba a pagar mi madre sólo alcanzaba para evitar una ''posible desgracia'' bajo las amenazas de Oscar, el cobrador.
[image]Para poder evitar ser una carga completa, comencé hace meses atrás un pequeño negocio, rebuscando entre los basureros de una antigua tienda de bisutería con algo de suerte solía sacar pequeños retazos de listones, cuerdas y algunas esferas que no estuvieran en tan mal estado; durante la noche ordenaba lo recolectado y comenzaba a hacer pequeñas pulseras juveniles y femeninas, orientadas por mi extraña pero brillante creatividad me las arreglé para hacer buenos diseños durante toda la semana para asi juntar cada modelo de pulsera y tratar de venderlas en el colegio los viernes, a un precio muy bajo pero las ganancias eran el 100%

Mi mejor amiga Maritza solía ser también mi mejor cliente y en muchas ocasiones llegué a cuestionarme de que su interés por mis pulseras era solo una mezcla de lastima y cariño hacia a mi, de ser así fingía muy bien la muy perra [?] ya que solía tardar horas en tomar una decisión para después lucirla con todo orgullo dentro y fuera del plantel. Durante la época de aquel año Maritza comenzó a salir con un chico del que se enamoró perdidamente, es normal como mujer que un primer amor a temprana edad nos haga actuar como estúpidas, esta no fue la excepción, hablaba todo el tiempo de el y de su romance clandestino... clandestino porque aquel chico era mucho más mayor, una década para ser exactos.

A pesar de todo eso siempre andaba muy feliz, me presentó aquel hombre llamado Eric meses después y a primera vista llegué a sentirme un poco atraida, dijo que era comerciante, y sus hermosos ojos cafés se anclaban con tanto afán a lo que miraba, fue una muy buena impresión, simpático, varonil y muy amigable, no solo su personalidad era apreciable, era delgado, ligeramente ejercitado y bastante alto de rostro perfilado, tez blanca y cabello castaño claro, no parecía tan latino. ¿A quien engaño? El tipo estaba bueno y ya.

Después de conocerlo comencé a verlo con más frecuencia en salidas fugases, aunque no puedo negar que me sentía utilizada pues Maritza me usaba como una excusa a sus padres para salir y verse con el, aquello no llegó a desagradarme en lo absoluto ¿Para que están las amigas? Tan sólo llegó un momento donde empece a sentirme incomoda, no parecía nada sano llegar a sentirme atraída por el novio de mi mejor amiga, pero conforme fuimos saliendo aquella atracción fue desapareciendo.
[image]Recuerdo un viernes que no vino Maritza a clases... vendí todas mis pulseras salvo una que conservé para Maritza, no sabia porque ese día no fue a clases y al salir me topé con Eric que se encontraba esperando en la salida, me le acerqué y le dije que Maritza no asistió a clases aunque desconocia la razón. Tras sonreír como de costumbre el dijo que ya lo sabia, me miro fijamente y me contó el porqué, su abuela estaba muriendo y estuvo desde la noche anterior acompañándola en el hospital, luego de eso Eric me dijo que había venido por mi y la cabeza por un instante se me llenó de malos pensamientos mientras un escalofrió recorría mi espina dorsal, por un momento empece a pensar que Eric era un imbécil, pero conforme me fue explicando entendí que no se trataba de una infidelidad aunque la verdadera razón tampoco me la esperaba.

El conocía mi situación económica, cada uno de mis problemas, Maritza y yo nos contábamos todo, el y Maritza también lo hacían, al parecer. — Parece que te fue muy bien hoy vendiendo tus pulseras, ¿Qué pensaría si te digo que puedes multiplicar fácilmente tu dinero? — Le miré algo intrigada y en un tono desconfiado respondí. — No voy apostar mi dinero, no soy una tonta para perderlo.— El comenzó a reír y como todo buen ''comerciante'' comenzó a contarme la forma en la que el hacia dinero; se atrevió a contarme tal secreto pues aquel sujeto vendía droga en la calle, lo hizo, acabó convenciéndome y terminé dándole todo mi dinero a cambio de unos cuantos gramos de cocaína, me enseñó lo que era, me explico como manipularlo y me dijo que así como las pulseras podía venderlo en el colegio.
[image]Fue un fin de semana largo en el que no paraba de pensar si lo haría o no, el temor no paraba de atormentarme y cuando empezó nuevamente la jornada escolar el lunes escondí la mercancía entre mi brasier distribuido en pequeñas bolsas transparentes de 0.5 gramos, comencé a observar y escuche a dos idiotas que conversaban en los pasillos sobre el tema; como toda inexperta me acerqué y les dije. — El amigo de un amigo podría conseguirme un contacto. — Los chicos que eran más tonto en aquel entonces que yo se dejaron llevar y así vendí mi primera dosis, las otras fueron mucho más sencillos y si, antes de terminar el día de escuela ya había vendido hasta el ultimo gramo a un precio mucho más alto de lo que la vendía Eric, pero eso nunca se lo dije ya que debía darle un porcentaje de mis ganancias. Cielos, los estudiantes son tan tontos.
[image]Con cautelosos pasos llegué a establecer un punto en clases, desarrolle mi habilidad, mi lenguaje y mi instinto para conseguir clientes y mantenerme alejada de los rumores, ya no sólo era cocaína, comencé a surtir la mercancía para otros tipos de consumidores o experimentales; aprendí que lo más adictivo era el Crack y por ende, lo más fácil de vender, los que ya desarrollaban una clara adicción eran pocos pero empezaron a volverse un problema cundo empecé a recibir objetos como parte de pago, hacia la suficiente plata y en poco tiempo pude pagar la deuda a los extorsionadores que molestaban a mi madre.

Habían pasado tan sólo unos meses desde que empecé ese negocio y ya Eric no podía surtirme, no manejaba con un Stock tan grande para cubrir mis demandas, vio el esfuerzo que había dedicado a aquella labor y me presentó con su distribuidor que claramente sólo vendía al mayor, en un principio le hice dudar, quizás por que como una adolescente me veía frágil y utilicé todo el dinero que había ahorrado para comprar tanto como pude. Todo iba bien pero al poco tiempo comencé a recibir un fuerte acoso, amenazas de muerte por escrito, me sentía intimidada, sentía que alguien estaba siguiendo mis pasos y sólo quería quedarse con mi punto.
[image]Este sin duda fue un año provechoso, dejé de vender en el colegio para evitar problemas y a cambio se me ocurrió una brillante idea para seguir el negocio sin tener que pasear por las calles. Comencé a organizar los viernes y sábado una fiesta en un antiguo local que rentaba por noche, aunque parecía perder dinero en la inversión la cantidad de droga que se vendía en ese local era increíble, lograba vender hasta lo más difícil de vender. Tras cada fiesta organizada comencé a mejorar, comencé a conocer mucha gente y aunque la mayoría eran idiotas fanfarrones otros pocos sabían de lo que hablaban.
[image]Los tiroteos se hacían cada vez más frecuentes en las fiestas, varias de aquellas ''amistades'' se convirtieron en centinelas, pequeños guardias que mantenía llenandole los bolsillos por si algo se salia de control, no eran los mejores ni los mas profesionales pero al menos sabían disparar. esos cinco hombres me hicieron sentirme segura durante un tiempo.

Dos meses después mi curiosidad me llevó a investigar y dentro del colegio le pregunté a varios de mis antiguos clientes quien estaba vendiendo ahora, se trataba de Carlos Gomez, estudiaba un grado superior, todo estaba perfectamente claro, recibo amenazas de muertes para salir del negocio y poco después Carlos Gomez comienza a vender, ¿Coincidencia? No lo creo.
[image]16 años y ya comenzaba a crecer en las calles, para bien o para mal ya todo el sector conocía mi nombre, no se puede conocer a tanta gente sin tener tantos amigos. Maritza quedó embarazada y dejo su casa para irse a vivir con Eric, dios coincide mucho con la historia de mis padres, la diferencia es que Eric no es un maldito infeliz, los conozco bien a ambos y no llegué preocuparme en lo absoluto.
[image]Conocí al amigo del amigo de un amigo, así fue como conocí a Ernesto, hombre de color, 27 años, padre de dos niñas, Es un sicario que siempre se mantuvo en su barrio bajo perfil y desde que lo vi no pude evitar sentirme interesada, necesitaba ampliar mis aliados, necesitaba tener siempre un plan B, un segundo recurso o alternativa que me garantizara más seguridad. Primero lo primero, tenia que probarlo y con el tiempo ganarme su confianza asi que le di un nombre sencillo para comenzar, Carlos Gomez, tres impacto de bala en la frente: una por las amenazas, otra por quedarse con mi negocio y la ultima, la ultima fue un regalo para que su rostro quedase un más deformado y todos en el colegio pudiesen recordarlo, si, pedí estrictamente que lo asesinara en el colegio y desde el mismo día que su cuerpo sin vida quedó en las puertas de la escuela empecé otra vez a vender.

Ernesto me hizo otro dos favores. la gente habla mucha mierda y los cinco hombres que tenia protegiendo en las fiestas comenzaron a sentirse tentados para quedarse con mi negocio, Reinaldo era el más boquifloja, quería cuestionarme en todo y a menudo se quejaba de que una niña no podía gobernar un punto de drogas, Ernesto me ayudó a eliminarlo y entonces los otros cuatro comprendieron que conocía mucha más gente de lo que ellos creían.

El segundo favor que me hizo Ernesto fue presentarme a un tipo que nunca supe su nombre, era un traficante de armas importadas, poca gente sabia de el pero de vez en cuando llegaba al barrio para hacer negocios. Me gaste todos mis putos ahorros para comprar cuatro rifles importados de Rusia peine banano, una Glock y una Beretta modificada. Los rifles se los di a mis centinela, la Glock me la quedé yo y la Beretta... Se la regale a Ernesto, con la condición de que me enseñara a disparar, no parecía gustarle las armas largas al cabrón.
[image]Comencé a dar pasos gigantes, no se pueden dar pasos tan grandes sin hacer demasiado ruido y así fue como llame la atención del capo del barrio, el que fabricaba la basura que yo vendía, el jefe de toda esta mierda: Ruben, 30 años y por primera vez en mi vida me enamore perdidamente, si, a primera vista, el sabia todo de mi pero yo no sabia nada de el, me mostró parte de lo que hacia y me puso a contar dinero, los billetes grandes de contaban pero los pequeños se pesaban o al menos eso fue lo que me dijo. Después de varias horas de conversación ya me estaban doliendo las manos, mis dedos estaban impregnados con el olor de la tinta y ese asqueroso olor a goma de las ligas con la que se amarraban los billetes, no pude terminar la tarea, Ruben y yo ese día cogimos incluso por más tiempo del que estuve contando dinero, le entregue más que mi virginidad a ese hombre, un completo desconocido que apenas comenzaba a conocer.

Desde ese día empezamos a vernos a diario, hablando y trabajando pero cada segundo que pasaba hablando con el era una tortura, me ponía tan caliente cada palabra que escuchaba de el, cogíamos a diario al menos durante la primera semana, era un hombre con obligaciones y aunque debo admitir que hacia lo posible por estar siempre conmigo, no todo el tiempo era posible.
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[image]Se cumplían dos años de que un primo se había mudado a casa, Miguel, 22 años, mi mamá accedió encantada desde un principio pensó que necesitábamos un ''hombre'' en casa para sentirnos más segura; nunca hubo inconvenientes pero el imbécil cayó en la adicción a las drogas y como todo parásito empezó a robar en las calles para poder mantener su vicio, algunas personas llegaron a quejarse — [i]Cuida a tu primo, se esta metiendo en problemas.[/i] — Decían, pero nunca me interesó realmente preferí dejar que hiciera con su vida lo que quisiera. Uno de esos días se me perdió misteriosamente medio kilo de coca, parte de la mercancía que guardaba en mi habitación.
[image]No era demasiado dinero, pude haberlo recuperado en minutos, pero en el barrio no habían secretos, si algo sucedía algo inmediatamente se sabia. ''¿Donde sacó tanta coca Miguel?'' Se preguntaba la gente que comenzó a sacar teoría, ese mismo día me llegué hasta donde solía pasarse la tarde, una asquerosa plaza de drogadictos, fui sola y recuperé parte de lo mio y antes de que mi primo terminase de explicarme su plan de como me pagaría lo que consumió, le disparé con mi Glock en la cara, no puedo explicar lo que sentí cuando lo hice pero las cosquillas causadas por las vibraciones en mi mano de aquel arma al detonar se sintió tan increíble, superior a muchos orgasmos, el disparo no fue tan certero como lo había planeado, la bala rozó su mandíbula y aunque cayó al suelo boca abajo no fue suficiente para matarlo, sentí su cuerpo caer en mis pies, su constante respiración y su calidez, quería decir algo que me hicieran ver más hija de puta pero la adrenalina que recorría por mi cuerpo no me dejaba control total de mi. Termine disparandolé un par de veces más hasta que dejó de agonizar y patie inconscientemente su cuerpo para poder apartar mis pies, apenas eran las cinco de la tarde y todos estaban mirando, observando cada segundo a lo lejos, le dejé en el suelo y me marché, esa fue la primera vez que mate y siempre recordaré con cada detalle la primera vida que quité, la de mi primo Miguel.

Meses después comencé a sentirme más segura, mi actitud comenzó a ser más agresiva y comencé a ser muy desconfiada. Había un hombre que comenzó a merodear por las calles donde organizaba la fiesta, nadie lo conocía, no era de este barrio. ¿Quien podría ser? En ocasiones me sentía observada por aquel merodeador de aspecto muy sospechoso. Al principio me plantee la idea de mandar a uno de los chicos para interrogarle, pero quería observar, no quería cometer un error. Una noche al salir de la fiesta me dirigí hasta mi auto, un mustang del 75, antiguo y terco vehículo que recibí como pago de uno de mis clientes. Recuerdo perfectamente que la niebla era muy densa, lo suficiente como para que el rango visual fuese prácticamente nulo, me sentí realmente amenazada cuando noté una figura distorsionada por la niebla al final de la calle, donde aparcaba mi vehículo, saqué la glock a medida que caminaba, cargué el arma y le quité el seguro mientras apuntaba, el sepulcral silencio agudizó mi sentido auditivo, pude oír claramente que la otra persona hacia exactamente lo mismo y cuando lo tuve suficientemente cerca ahí estábamos los dos apuntándonos a la cara, el me pedía bajar el arma y yo le pedí lo mismo, el momento se hizo muy tenso y mi mano empezó a temblar al mantener alzado por tanto tiempo el pesado metal, me sentía realmente aterrada, petrificada, por primera vez entendí porque en las películas siempre sucedían este tipo de cosas, el miedo a morir te hacían no querer intentar disparar pero sin dejar de aferrarte a la vida.
[image]Jugué sucio, respiré profundo y traté de calmarme, le dije que no queria problemas de ningún tipo, empece a hablar aceptando lo asustada que estaba, fue un largo discurso que con cada palabra empezó a calmarse un poco la tensión, continué hablando, cuando sentí que bajó por un instante la guardia dispare en medio de mi dialogo sin vacilar, cerré los ojos y disparé una y otra vez hasta vaciar el cartucho, seguía jalando del gatillo sin ya tener balas, y un fuerte disparo se hizo presente después del silencio, el dolor en mi pie me hizo abrir los ojos y entonces fue cuando miré el cadáver del hombre en el suelo, ensangrentado y con al menos cuatro disparos acertados, cuando cayó al suelo el arma de el se disparó, el gatillo estaba tan flojo que bastó con un pequeño movimiento para que el arma detonara, afortunadamente la bala sólo alcanzó a rozar mi pie. Le dejé en suelo y le quité el arma, era una Ballester de chasis modificado y con peine soldado, semi automatica de acción simple, Calibre 45 importada de Argentina, era mucho más pesada que mi Glock, cuando el peine estaba repleto era difícil mantenerla equilibrada y la empuñadura desgastada era un poco grande e incomoda para mi mano, aun así realmente era una preciosidad que pasé conservar en la guantera de mi vehículo, ah si, el tipo se llamaba Francisco Guerra.

Ese mismo año comencé a involucrarme más con Ruben, al parecer habíamos formalizado una relación, nos entendíamos a la perfección y cada vez que lo conocía más, empezó a parecerme mas débil y blando, me gané su respeto y admiración cuando descubrí a tres de sus hombres actuar a espaldas de Ruben y pagaron el precio con sus vidas, pero nada era tan perfecto como parecía, la gente ya sabia que Ruben era un tanto ''Blando'' y que sus cambios de gobierno eran por mi, balbuceaban pura mierda, puro chisme y Ruben se entera de aquellos rumores, me sentía perseguida y acosada sin saber de quien, me lanzaron un atentado una noche al salir de la fiesta, mientras manejaba hacia mi casa me dispararon, afortunadamente todos los impactos de balas los recibió mi vehículo.
[image]A finales de ese año la policía nacional allanó mi casa y me arrestaron por posesión de droga y otra serie de crímenes sujetos a lo mismo, el caso se cerró y fui declarada culpable luego de dos juicios, me mandaron a la cárcel de menores en el estado obligada a pasar un año hasta que cumpliera la mayoría de edad y pasara otros doce años en la cárcel de mayores. Perdí todo lo que tenia, todo se volvió una real mierda.
[image]Mi infierno comenzó y aunque a menudo Maritza y mi madre me visitaban, poco llegué a saber de Ruben, con frecuencia solía pensar que estaba totalmente perdida, no me quedó nada más que empezar adaptarme a mi nueva vida rodeada de niñas miserables y basura, pero llegué a conocer a personas buenas: Andrea tenia un año menor que yo y fue sentenciada por homicidio, mató a su padrastro al apuñalarlo con un cuchillo mientras dormía ya que abusaba constantemente de su madre quien dejo de importarle luego de que asesinara al imbecil que la golpeaba y que a pesar de ello amaba, Karina tenia mi edad y su delito era mucho menor, le dieron dos años por dispararle a su exnovio en las piernas y dejar en coma a la mujer con la que le engañaba.
[image]El panorama parecía medianamente interesante, pero la comida era basura, los baños eran basura, los guardias eran basura y luego estaban las abusivas que robaban tus pertenencias, el primer día que llegué una puta se me acercó y bajo amenazas me robó los zapatos, Elena se llamaba la zorra, estuve tres días descalza mientras ella me presumía mis tenis, me hizo ver tan débil... que pronto como si de una manada se tratasen un montón de abusivas comenzaron a meterse conmigo, escupían mi comida, me robaban mis cosas y a menudo me golpeaban para humillarme más de la cuenta, el cuarto día cuando mi madre me trajo unos tenis nuevos otra chica de menor rango de Elena llegó y con el mismo discurso amenazante de mierda intentó robarme mis tenis, la ira y la indignación se apoderaron de mi en ese momento y en lugar de entregárselos tuve que pelear para defender lo que es mio y tras una intensa pelea en el patio del reten, quedé gravemente herida, no gané en lo absoluto y posiblemente me hubiese matado de no ser por los guardias que intercedieron, pero pude defender lo que es mio y comencé a ganar terreno en el lugar.
[image]Elena se enteró de lo que sucedió y decidió actuar, volvió a molestarme, realmente logró intimidarme sólo con sus palabras y aunque no quería robarme nada, la hija de puta me violo toda la noche en los baños del reten, me convirtió en su perra y mi odio hacia ella fue tal que tras vivir una semana de su constante abuso le apuñalé en un ojo con la base afilada de mi cepillo dental, quería matarla pero no lo logré, aun asi la tuvieron que sacar del reten para salvarle la vida pero perdió el ojo, no volví a verla durante varios días pero pude recordarla cada mañana cuando lavaba mis dientes y saboreaba los residuos de su sangre impregnada que ni la menta más fuerte llegaban a opacar.

Empece a ser realmente respetada aunque no amada por todas, me cuidé bien las espaldas, di pasos firmes y seguros igual que lo hacia en la calle, todo parecía ir bien Maritza no paraba de hablar de Ricardo, su bebé que ya tenia un año y aunque nunca lo había visto Maritza me hizo la madrina del infante, todo tan hermoso hasta que un día, a mediado de ese año durante la visita noté a Maritza palida, nerviosa y con los ojos hinchados de tanto llorar, luego de calmarse me dio la noticia, Mi madre y mi hermanito fueron asesinados dos días atrás, fueron cruelmente balaceados en su casa, me caí a pedazos, por primera vez me rompí, mi ser se destruyó por completo y caí en una depresión terrible.
[image][image]Los gastos del funeral lo cubrió Eric (El marido de Maritza) y desde aquel momento no quise recibir más visitas, me enfrasque en la moribunda cárcel y no quise saber más de lo que ocurría fuera de allí, comencé a consumir drogas para ahogar mis penas, cuando el efecto de aquellas terminaban sólo buscaba la manera de como suicidarme, ya no me importaba nada, mi vida no me importaba nada...

A finales de aquel año cuando cumplí la mayoría de edad fui a juicio respaldada por un abogado publico me terminaron dando la sentencia para trasladarme a la cárcel de mayores, pero como si de un milagro se tratase me aprobaron el poder pagar una fianza para salir de prisión, la suma era jugosa y fue saldada como si todo se tratase de una estúpida coincidencia. ¿Quién pudo mover los hilos para qué aprobaran una fianza y ademas de eso la pagó? Si, el maricón de Ruben.

Comencé a vivir con el, me explicó que no se había olvidado de mi ni un instante, pero que el debía ser discreto para no ponerse en peligro, me ayudó a sanar el dolor que dejó la muerte de mi madre y mi hermano; comencé a levantarme lentamente después de aquella fuerte caída y aunque nunca lo superé, aprendí a vivir con ello, empece a investigar quien causó la muerte de mi familia y descubrí que aquel hombre que asesiné, Francisco Guerra, trabajaba para el cartel de otro barrio, tenia una posición importante y querían mi vida para saldar aquella deuda, por eso tirotearon mi vehículo cuando conducia a casa aquella noche.
[image]A pesar de haber perdido mi punto de drogas, comencé a trabajar con Ruben en cosas más grandes y empece a supervisar a los distribuidores que surtían la mercancía por el barrio, aquella tarea me llevó a reencontrarme con viejos conocidos y a conocer personas nuevas con las que formé grandes lazos, gracias aquello comencé a unir las piezas del rompe cabezas y descubrí que todo había sido un maldito plan. Ruben sabia desde un principio quien quería asesinarme y llegó a un acuerdo a mis espaldas con ese hombre, jugo su papel de titiritero para que me encarcelaran, de esa forma conseguía mantenerme con vida y a su vez sacarme del juego ya que los rumores de que se estaba ''volviendo blando'' les importaba mucho más que su amor por mi, siempre supo que asesinarían a mi familia y después de aquello me sacó de la cárcel como si se tratase de un ser tan bondadoso. El cabrón prefirió vender a mi familia antes de luchar y defender como yo lo habría hecho de haber estado fuera de prisión, solidifico su relación con el cartel vecino y se ganó la admiración de los suyos ¿Se puede ser más hijo de puta? Quizás pudo haberme dejado morir o matado, pero para su desgracia si era tan débil como sus hombres lo rumoreaban.
[image]Hice lo que mejor sabe hacer una mujer... Fingir y pretendí no saber del tema con tanto realismo que no había espacios para sembrar ninguna duda, comencé a escalar y a conocer gente, hice más fuerte los lazos que cree y con la ayuda de Ernesto conseguí 30 rifles de lo mejorcito que se podía ver en la actualidad eran 30 kalashnikov para 30 personas que me juraron honor.
[image]Conocí al capo del cartel de otro barrio vecino, Fernando, ex militar, 38 años, con mi carisma conseguir ganar su confianza y llegamos a un acuerdo bajo mesa, le conté parte de mis planes y le dije que conocía cada punto, cada debilidad de nuestro cartel, le dije que yo sólo quería venganza y que no contaba con los suministros para lograrlo, mandó a cuarenta de sus hombres para la operación, casi la mitad de todo su ejercito al parecer, lo persuadí para que los hombres fueran bien equipados le convencí y le dí un uniforme antimotin que cubría por completo el cuerpo.
[image]Llegó el día y el plan siguió en marcha, la emboscada fue certera y los hombres de Fernando emboscaron uniformados el cartel, tras el intenso tiroteo Ruben y yo nos encerramos en su despacho, lo hice realmente muy fácil, el intentaba protegerme y mientras me daba su espalda le disparé en el tórax, lo bueno es que alcanzó a oír cada palabra que quise decirle antes de que desangrara hasta morir.
[image]El intensó tiroteo duró algunos minutos más ¿Te cuento que sucedió justo después? Mis treinta hombres se refugiaron en el cartel, tenia un plan y una estrategia que nadie sabia, estaban uniformados de la misma forma que los hombres de Fernando, por eso pudieron camuflarse en el montón, la diferencia eran sus armas, eran diferentes; les ordené matar a los hombres de Fernando en medio del tiroteo, fue tan sencillo que ninguno de mis hombres salió realmente herido, conté los cuerpos del cartel y los cuerpos de los hombres de Fernando, no faltaba nadie.

Fernando tardó una hora en llegar en su vehículo blindado escoltado con veinte hombres, yo estaba en medio de lo que el creía que eran diez de sus hombres, otros cinco estaban en el suelo quejándose, simulando estar gravemente heridos, esperé a que Fernando bajase la guardia y cuando sus hombres se bajaron del vehículo para ayudar a los heridos ellos mismos dispararon a matar y luego salieron el resto de mis hombres, fue realmente un plan perfecto y sencillo.
[image]Tras liderar aquella masacre, conseguí apoderarme del cartel de Fernando, puse a Ernesto a cargo y le ordené matar a todos los que pudieran tener un vinculo con el antiguo capo. esto solo fue el comienzo para ganarme el respeto como líder y a mediados del año ya tenia un ejercito suficiente para devorar el cartel del infeliz que mató a mi madre y a mi hermano, haciéndome de tres barrios enteros y alianzas en todo el estado, si bien en un principio los capos con los que hice alianza me tacharon de traidora no tenían otra opción más que mantenerse a raya, el poder estaba distribuido por barrios y yo... tenia tres barrios.
[image][image]Convertí las granjas en una solida industria para producir coca, pero la producción era más de lo que podíamos llegar a vender en los tres barrios, incluso acabando con la competencia sobraban un montón de kilos y empezamos a mover la mercancía fuera del país; por tierra, Venezuela y Brasil fueron nuestros primeros puntos, tuvimos mucha fama porque no hacíamos basura como la competencia, era una coca deliciosa.
[image]Me compré mi primer avión, empece a recorrer el mundo, abrí una cuenta en tres bancos europeos para poder mover el dinero más fácil, ya saben los sacos de dinero ya comenzaban a pasar de moda y llamaban la atención.
[image]Empece a vestirme de Gucci y Chanel, colgué la gorra plana y mis tenis para empezar a usar vestidos elegantes. ¿He cambiado? en lo absoluto, pero no puedo ir a un restaurant en Singapur con vestimenta Gangsta, fue una larga gira viví unos meses en España donde conocí a un pez gordo; poco después me mudé a Rusia donde me presentaron a uno de los jeques de la Mafia Rusa, todos eran malditos militares veteranos, organizados y soldados leales, unas verdaderas armas humanas.
[image]Extorsión, secuestro, distribución de drogas, sicariatos, Proxenetas, Piratas informáticos, trafico de armas y drogas, estos tipos no se limitaban con nada era una industria tan grande que nunca pensé que un grupo tan grande estuviese tan bien organizado; persuadí hasta conseguir liderar una pequeña operación como prueba, un sicariato de nivel medio y empecé a ganarme una buena reputación, aunque no parecía conocer realmente a nadie, principalmente hablaba con Nick, el tipo que conocí en España y fue entonces cuando empecé a importar la coca desde Colombia.
[image]Conseguí un rango decente en la Mafia Rusa y con el tiempo parezco ir creciendo, a principio de aquel año tuve que viajar a Colombia tras un atentado que hicieron en el barrio bajo el chisme de que ahora que empecé a vestirme como una de cuello blanco he cambiado. En el enfrentamiento mataron a Maritza, mi mejor amiga y a Eric, dejando a Ricardo huérfano en una edad tan prematura, la guerra trae más guerra, es así como siempre funciona.
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