— Oh, parece que el joven Naofumi tiene una muy buena aliada y compañera... En ese caso, podría apoyarles con algo extra...

Agregó aquel hombre correspondiendo en un gesto amable, para después inclinar su torso un poco en respuesta a tan cortes gesto de la joven frente a él.

— Una tarjeta... oh, bien sûr que oui, aquí tienes...

Extrajo una pequeña tarjeta blanca del bolsillo de su camisa blanca, utilizando únicamente dos dedos, índice y cordial, para ofrecerla inmediatamente. Dicha tarjeta, además del abundante blanco, tenía impreso en un lado una cruz coronada y con alas, además de una serpiente enroscada en dicha cruz. Mientras tanto, del reverso encontraría las instrucciones para llegar al lugar.