Es que eres un tramposito, pero no te dejaré ganar tan fácilmente... —Dio un gran bostezo pero en cuanto se recuperó dejó una pequeña mordida en el vientre de él a modo de venganza, aunque solo le apretó con los labios, luego de eso se durmió.—
Jajajajaja... Está bien cariño, no voy a generar discusiones que no estás en condiciones de ganar. Lo charlaremos con tranquilidad mañana, buenas noches. —Noah iba dejando mimos por sus cabellos, jugueteando con ellos, hasta quedarse dormido en el sofá.—
No, no estaba durmiendo, solo tenía los ojos cerraditos. —Aunque lo negaba, sí se había quedado dormida. El calor de las mantas se sentía tan bien que aprovechó para acurrucarse un poco más alistándose para dormir pero las palabras finales de su novio hicieron que inflara las mejillas como berrinche.— Malvadito que eres, amor.
Oh... Jajaja, pensé que dormías. Está bien princesa, ganas esta vez, solo porque estás cansada y no quiero que discutamos por quién ama más a quién. —Acercó las mantas para cubrir a su novia y dejarla descansar sobre sus piernas, no sin antes susurrar muy bajito.— Pero yo te amo más.
