¿Domesticarme...? Ya te he dicho que me gustaría que lo intentes, suena muy bien. —Seguía a los movimientos de sus manos, de sus labios cuando hablaba, sonriendo por todos sus gestos.— Tal vez... Tal vez tengas razón. Tal vez deberías hacerlo, antes de que cambie de opinión y haga algo indebido. —Cerró los ojos, riendo por lo bajo contra su boca cuando le mordió en labio inferior. Levantó sus manos, juntando las muñecas una vez terminaron con el beso.— Sí, definitivamente es una buena idea.
Domesticaré al lobito feroz, eso es lo que haré. —En cuanto los besos y mordidas cesaron su risa también lo hizo aunque la sonrisa no se borró de sus labios, menos ahora que él le hacía esa expresión.— El lobito feroz se está escondiendo en una piel de oveja, a mí no me engañarás. —Le mordió el labio inferior mientras halaba de la venda para acercarlo más.— Me pregunto sí será buena idea atarte las manos también.
Ajá, tendré mucho cuidado, lo prometo... —Susurraba con soltura, entre algunas risas vagas que disimulaba al mantener su boca ocupada entre tantos besos y mordidas por todo el largo del cuello.— Así parece, me tienes atrapado. ¿Y qué vas a hacerme? —Subió la mirada de nuevo a la suya, poniendo una cara que hiciera que le tuviera piedad, aunque pronto se echó a reir.—
Entonces no hay problemas en seguir ya que tendrás cuidado. —Con los ojos cerrados se dispuso a disfrutar de los besos recibidos en su cuello junto con aquellas mordidas. Aprovechó las vendas sueltas para ponerlas alrededor del cuello del mayor.— Noah lobito está atrapado.
—Asintió antes de continuar, dejándole besos por todo el cuelli, además de alguna que otra mordida juguetona.— Lo sé cariño, por supuesto. Tendré mucho cuidado. 💕
¡Eso es trampa! Pero tampoco me quejo ser el dulce que más querías. —Como siempre terminó cediendo a los juegos del mayor, haciéndole espacio en el cuello para que pudiera jugar ahí en medio de risas.— Ten cuidado con las vendas porque las momias no usan nada abajo jijiji.
Por mi parte ya tengo conmigo todos los dulces que necesito esta noche. —Restregando su nariz contra su mejilla era que se abría paso poco a poco hacia su cuello, riendo por lo bajo.—
