Sujetó la mano adversa, tan cálida y distante al frío de su piel. Sonrió de manera instantánea, asintiendo sin detenerse a pensarlo. Así se dejaría guiar a dónde ella le pidiese. — Trato hecho, hagámoslo. No te puedo decir que no a ti ni tampoco a tu helado. —
-—Yo te llevo...— le guiño el ojo derecho con más confianza, ah se sentía extraña al ponerse nerviosa por tan poco. Pero se sacudió y con ello sujeto la mano ajena entre las propias. —Y pasamos por un helado? — le sonrió ladeando ligeramente el rostro mostrando su dentadura blanca y risueña.
Su sonrisa se mantenía intacta, solo para suavizarse un poco. — No, no digas eso, ambas lo somos.— Insistió. Dio una pequeña palmada en la mano contraria, sujetándose de ella, aún más cuando quedó frente a ella y Neth asintió. — ¿Quieres ir juntas o en motos separadas? No me molestaría compartir contigo pero como tú te sientas cómoda.—
El sonrojo llegó de golpe tanto por su gesto como por su acción, no había esperado esa respuesta por parte de ella, sintió como se apretujaron sus costillas. —No tanto como tú..— apretó los labios desviando un momento la mirada. —¿Quieres dar una vuelta en mi moto? — entonces dió un paso hacia ella mirando esos ojos de cristal.
— Tú también lo eres, si lo sabes ¿verdad? — Le sonrió con el mismo encanto que ella le había mostrando, se aproximó más y tomó su brazo. — ¿Quieres hacer algo hoy? —
