—Ese día... será el último de tu vida. —Sentenció la princesa mientras volvía acuclillarse junto al arroyo. Lo vio alejarse y con frustración, lanzó una roca al agua.

—Ese día... seré tan fuerte y hábil... que podré ganarme el derecho al trono de mi padre... —Musitó finalmente.-

-La salpicadura dio contra su espalda, haciendolo detenerse de golpe, otra persona posiblemente se hubiese girado y, de un corte acabado con tremenda insolencia, pero el, era todo lo opuesto a lo que alguien se esperaria de un espadachin con tanta capacidad de combate, aun temido entre los bajos mundos.-

-Una risa sale de sus labios, niega con la cabeza antes de continuar avanzando, alejandose de ella lentamente mientras medita- Esperare ese dia, quizas para ese momento seas mas madura...o posiblemente deba vencerte de nuevo

—¿No te ibas ya? — Dijo con evidente disgusto, con la cara mojada y apretando los dientes, mostrando la tensión en la quijada.

Se sentía contrariada por la reciente humillación y la incapacidad del azabache de guardarse su soberbia. Si, era un presumido pomposo.

—Lárgate. Algún día volveré y te aseguro, que para entonces, te destrozaré sin piedad. —

Agitó la mano hacia a él, haciendo que el agua que tenía en la mano, salpicara lejos, hacia las ropas del varón.

—Déjame en paz. —

Una decision sabia, debo decir. -Con esas palabras, las cuales no deberia expresar pues, se supone que el no estaba enterado, dejaba en claro que no se trataba de un descuido, genuinamente el varon estaba enterado de la posible amenaza que resultaria la mujer una vez que le diera la espalda, pero, estaba midiendola, saber si en verdad se atreveria a tal cosa-

Tienes agallas, eso lo admito, y quizas el orgullo de un guerrero, pero te falta madurez. -No contenia palabras, mucho menos expresiones, decia la verdad, algo necesario pues ciertamente, la femina no parecia realmente una novata, si no mas bien... ¿quizas alguien con un potencial?-

-Sus palabras herían el orgullo de la mujer. Torció la boca en disgusto y apretó el bastón de la lanza en un intento por contener su enojo.

Si, sería demasiado fácil atacarlo por la espalda, estrellarle el bastón en la cabeza y una vez aturdido, vencerlo. Lo pensó un par de veces, casi que incluso sus músculos se tensaron, preparándose para hacer tal movimiento, sin embargo.

—Tch... —Lanzó la lanza al suelo, frustrada, incapaz de contener la ira por la derrota. No lo haría, era demasiado fácil y además, aunque pudiera engañar al resto, ella lo sabría y no podía con la idea de eso. Se sentó en la orilla del arroyo y hundió las manos en el agua para tomar un poco de esta y enjuagarse la cara.

—Estúpido... —

Hablas como si tuvieses el poder de hacer tal cosa.

-Pero el, ni siquiera se inmutó, no es la primera vez que lo amenazan, mucho menos en respecto a traer terceros en su contra, ya vivía una vida de vagabundo después de todo -

Si no puedes derrotarme por ti misma, no tendría ninguna clase de honor el que lo hagas por otros medios. Esta pelea se acabó -Sentencio finalmente, antes de girarse para darle la espalda, su arma jamás fue usada seriamente, sus manos una vez más relajan su posición mientras empieza a caminar alejándose ¿Será que ella aprovecharía está falta de cuidado?-

-Se quedó de rodillas, hundiendo los dedos en el césped, arrancándolo de sus raíces en un intento de contener la ira y la indignación por sus palabras. Era una princesa y una guerrera. Si, se había impacientado por su imposibilidad de poder golpear una sola vez a quien había ido a retar y esto la llenaba de más frustración.

—Guarda tu lengua bífida, mendigo... o haré que te decapiten por no mostrar respeto —Dijo con altanería, tras arrancar con sus puños el césped y ponerse de pie. Lanzó la tierra al suelo y se encaminó hacia su lanza para levantarla.

—Peleemos de nuevo —Ordenó ella, señalándolo con la punta de su lanza .-

-Y es entonces, que la pelea se ha quebrado; la roca se aproxima hacia su cabeza, no hay nada que pueda detenerla, tampoco parece que el varon fuese a esquivarla, son solo unos instantes, segundos de separacion antes que el proyectil golpee su rostro

Pero...-

....

-Un corte, tan veloz, tan preciso, perfecto ciertamente, un corte que divide la roca a la mitad, haciendo que ambos pedazos caigan al suelo con fuerza, alejandose completamente del cuerpo del varon, quien se para firme aun despues de tremendo ataque-

Usar medidas innecesarias en una pelea que no es de supervivencia. Y asi te llamas guerrera?

-Un fuerte golpe contra el orgullo, no mide sus palabras ni es misericordioso en su expresion, ciertamente estaba molesto-

-La fuerza de la patada la obliga a soltar la lanza en un intento por no lesionarse la muñeca por el efecto de onda que esto provocaría. Rueda por el césped hacia la orilla del riachuelo en un intento por evitar un ataque inmediato del azabache, deteniéndose antes de tocar el agua.

—Tch! —Se fue colocando de cuclillas, mirándolo desde ahí. Sólo estaba jugando con ella y esto la enfurecía de sobremanera.

—Pelea! —Le grita ella, aunque era claro que sus ataques tampoco habían sido tan efectivos contra su defensa. —Hijo de puta! pelea! —Exclamó la princesa (?)

Tomó una piedra del río, grande, pesada. Apenas cabía en su mano y la lanzó con todas sus fuerzas hacia su cara. Un ataque deshonroso, producto de la rabia y la impotencia.-

-Reconoce la capacidad de la mujer, muy pocas personas tienen la precision para poder hacerlo usar mas que solo su espada, tantos charlatanes que le habian retado antes simplemente terminaban cayendo sin necesidad que usara el filo, pero aqui estaba ella.-

-Es en eso que, durante el forcejeo el golpe es soltado, pero no es su tobillo el que la recibe, esto pues el azabache suelta ese agarre dando una vuelta por los aires, impulsandose con el suelo para interceptar la lanza con solo el pie, exactamente con su calzado, uno de tal dureza que podria sostener la punta sin siquiera tocar el pie-

Una vez mas, eres muy confiada -Y junto a esto, realiza una patada contra el filo de la lanza, la idea es desviarla, hacerla soltarla de una vez pues no parece tener intenciones de lastimarla, y junto a esto es que usa su pierna de nuevo para realizar un empuje con la planta cubierta del pie sobre el pecho al impulsarse con la misma lanza-