36-40, M
lindo sincero
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DarkThemisDeg · 31-35, F
**Érase una tarde de primavera verano, el aire puro corría dulcemente…
Los últimos rayos del sol brillaban con intensidad y podía apreciarse su belleza desde todas partes; aquellos rayos cálidos de luz se desvanecían con rapidez mientras el cielo se tornaba oscuro y empezaban a aparecer las hermosas estrellas y constelaciones, las cuales podían ser admiradas por las sabias y respetuosas deidades que vivían en sus amplios prados: Aquel lugar extraordinario jamás imaginado por los humanos.
El olimpo mostraba la naturaleza que era indescriptible: la fauna y flora del lugar parecía irreal, pues su belleza era sumamente exquisita e indescriptible desde sus inicios, hasta el último rincón de tan inmenso sitio.
Se percibía desde lo lejos un templo de apariencia antigua en perfectas condiciones que se encontraba rodeada por un bosque. La mayoría de los árboles que había eran cerezos, por lo que se denotaba el tono de estos en el lugar. Ya estando en el templo, se podía ver alrededor de la morada hermosos rosales azules que emanaban un dulce aroma y que sin duda, podía verse que eran cuidados con sumo afecto y en medio del jardín había una gran fuente de piedra en forma de dragón. La morada era una mansión vasta y aristocrática, se subía por algunos peldaños de una escalinata.
Se vería a una dama salir: una silueta femenina, de altura promedio, cabello largo y perfumado tono violeta, piel clara, ojos tono turquesa (el ojo derecho se encontraba cubierto por el flecho de la señorita), nariz pequeña, labios delgados tono carmín y de cuerpo bien proporcionado, enormes pechos, vientre bien torneado, cadera amplia y largas piernas. Su vestimenta consistía en un uniforme escolar.
Saliendo, un hermoso dragón con porte agresivo y frio la esperaría. La dama subía a su lomo de un salto impulsándose lo suficiente con una flexión en sus piernas. Después, descendiendo con delicadeza, la criatura aterrizaba en los jardines del recinto cuidando de no pisar alguna planta o animal y la señorita bajaba de un brinco mientras acomodaba sus ropajes. Una sonrisa mostraba sus labios hacia la criatura como muestra de su gratitud mientras le rosaba con su diestra dulcemente.
Iniciaría a caminar con paso firme hasta donde estaba aquel caballero y haciendo un ademan como seña e cortesía, diría:**
-Buenas tardes caballero
-Quise venir hasta aquí para darle personalmente la mas cordial bienvenida
-Mi nombre es Themis, deidad primordial de la justicia, un gusto
Los últimos rayos del sol brillaban con intensidad y podía apreciarse su belleza desde todas partes; aquellos rayos cálidos de luz se desvanecían con rapidez mientras el cielo se tornaba oscuro y empezaban a aparecer las hermosas estrellas y constelaciones, las cuales podían ser admiradas por las sabias y respetuosas deidades que vivían en sus amplios prados: Aquel lugar extraordinario jamás imaginado por los humanos.
El olimpo mostraba la naturaleza que era indescriptible: la fauna y flora del lugar parecía irreal, pues su belleza era sumamente exquisita e indescriptible desde sus inicios, hasta el último rincón de tan inmenso sitio.
Se percibía desde lo lejos un templo de apariencia antigua en perfectas condiciones que se encontraba rodeada por un bosque. La mayoría de los árboles que había eran cerezos, por lo que se denotaba el tono de estos en el lugar. Ya estando en el templo, se podía ver alrededor de la morada hermosos rosales azules que emanaban un dulce aroma y que sin duda, podía verse que eran cuidados con sumo afecto y en medio del jardín había una gran fuente de piedra en forma de dragón. La morada era una mansión vasta y aristocrática, se subía por algunos peldaños de una escalinata.
Se vería a una dama salir: una silueta femenina, de altura promedio, cabello largo y perfumado tono violeta, piel clara, ojos tono turquesa (el ojo derecho se encontraba cubierto por el flecho de la señorita), nariz pequeña, labios delgados tono carmín y de cuerpo bien proporcionado, enormes pechos, vientre bien torneado, cadera amplia y largas piernas. Su vestimenta consistía en un uniforme escolar.
Saliendo, un hermoso dragón con porte agresivo y frio la esperaría. La dama subía a su lomo de un salto impulsándose lo suficiente con una flexión en sus piernas. Después, descendiendo con delicadeza, la criatura aterrizaba en los jardines del recinto cuidando de no pisar alguna planta o animal y la señorita bajaba de un brinco mientras acomodaba sus ropajes. Una sonrisa mostraba sus labios hacia la criatura como muestra de su gratitud mientras le rosaba con su diestra dulcemente.
Iniciaría a caminar con paso firme hasta donde estaba aquel caballero y haciendo un ademan como seña e cortesía, diría:**
-Buenas tardes caballero
-Quise venir hasta aquí para darle personalmente la mas cordial bienvenida
-Mi nombre es Themis, deidad primordial de la justicia, un gusto