[code]Vaya situación más desafortunada, dicha en sus propias palabras que merodean entre sus pensamientos. El chico debe tener agallas para acercarse tanto a el, en cierto sentido se oye bastante,,, bastante ruidoso.

Mitsuo volteó el rostro que continuaba entre el humo del cigarro y sus respiraciones cortas , calmas como la brisa del viento que sopla entre sus cabellos. La ceniza del cigarrillo cayó a un costado de su pie en el instante es que escuchó aquella pregunta (obviando el presentarse, pues cree que su nombre no es importante en momentos así)

—¿Por qué llegas a la conclusión de que no tengo amigos? Adolf Hitler llegó a tener tantos enfermos como el solo sabía. Aprendí a vivir con mi sombra —[/code]

¿Dos metros? Vaya... -Desconcertado, intentó imaginarse tal situación puesto que alguien como él podría tener a las personas que quisiera por sus atributos físicos, sin embargo y luego de verlo con más detalle asumió que quizás su personalidad no ayudaba para nada en tales situaciones, aunque también se debería a alguna mala fama que llevase consigo; de cualquier forma no preguntó mucho más, tan solo acortó la distancia entre ambos hasta que su pierna quedó pegada contra la ajena.-

No debes de tener muchos amigos ¿Cierto? Ah~ Soy Saidai, un placer.

[code]Elevó una ceja, pero NO en muestra de confusión ya que sabe perfectamente a lo que se refiere. Sabe que es lo suficientemente guapo como para atraer hasta el ser más hijo de puta, ya tuvo que jugar ese jueguecito en varias ocasiones. Pero no se considera un galán cómo tal, alardea pero dentro de esas pocas cosas no había rastro alguno de su apariencia. Quizá [...] sólo admita que le quedan bien las gafas de sol. [/code]

[code]—Estoy acostumbrado a que me observen, aunque a 2 metros de distancia por debajo de mi —[/code]

Mhm~ ¿Entonces por qué te molesta que te miren? ¿No estás acostumbrado a que alguien se fije en tu belleza? -Comentó entre risas, en una clara evidencia para cortar con esa tensión que había entre ambos, aunque por mucho que le costaba reconocerlo, si tenía algunos rasgos atractivos, en especial aquella voz masculina que sin duda alguna le resultaba bastante atrayente.-

[code]—Soy muchas cosas,pero nunca dejas de conocer a una persona —[/code]

[code]No suele revelar nunca ni decir de forma explicita su trabajo. A decir verdad sigue siendo un misterio. Pero cuando se refiere a ser muchas cosas es porque hoy puede ser un músico y mañana ser verdugo. Su voz lleva en cada palabra un tono grave y masculino acompañado de dos pequeño colmillos.[/code]

¿Te molesta que te miren? -Cuestionó despreocupado, poco le importaba que el sujeto estuviese armado, no era como que el muchacho no llevase sus juguetes consigo, si quisiera podría apuñalarlo o cortarle la yugular cuando menos se lo espere, pero no venía con esas intenciones, solo estaba intrigado por aquel sujeto.- ¿También eres mercenario?

[code]—Si fuera tu, no miraría a una persona de esa forma, menos cuando este esta armado—[/code]

[code]No se sentía tan observado desde sus épocas en la secundaria. Los chicos de la escuela siempre decían que tenía un deje un tanto aterrador, como si tuviese ojos de una serpiente. El mismo Mitsuo podía mofarse de eso, pues se acostumbró toda la vida a ser "raro"[/code]

[code]—¿Que tus padres no te enseñaron modales?—[/code]

Supongo que eso es un no. -Replicó el más bajo con una leve sonrisa de costado, ya resignado por no encontrar un buen tema de conversación con el hombre o más bien por no recibir fuego de su parte, así que simplemente guardó su cigarrillo y se estiró hacia atrás, posicionando sus manos para no caer torpemente por un mal movimiento. Sin embargo no desistió del todo, pese a permanecer en silencio, le observó de reojo a todo momento, detallando tanto sus facciones como sus movimientos corporales y vestimentas, preguntándose que clase de trabajo tenía aquel.-

[code][...][/code]

[code]—El hombre encontró fuego cuando sus necesidades carnívoras llegaron a un límite que los llevó a ejercer el descubrimiento—[/code]

[code]Susurró soltando el humo que había almacenado en sus pulmones pero, estos no le generaban efecto alguno. Fumar no le causa nada, sólo lo hace por el sabor inerte de esta porquería en su garganta. Aún y sin voltear a verlo, lo volvió a colocar sobre sus labios esbozando una extraña media sonrisa.[/code]

-A veces el muchacho reconocía que muchas de sus actitudes eran muy imprudentes para ser un Japonés con modales y etiqueta, sin embargo se le daba muy bien socializar con todo tipo de personas. Por supuesto que si no podía ir con las palabras, lo haría de otro modo, a lo cual sacó su cajetilla de cigarrillos para tomar uno de los cilindros con dos de sus dedos y rápidamente lo colocó sobre sus propios labios, para instante después inclinarse un poco hacia el sujeto.-

¿Me das fuego?