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—¿No es demasiado pronto para salir a comprar regalos?
 
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L1580236 · 26-30, F
Amaba crear recuerdos con ella, con Fia...deseaba que esos días no terminarán pero era consciente de que tarde o temprano las cosas iban a cambiar. Sujetó el brazo de Helel al caminar, parecía inmersa en aquellas luces y la decoración de las fechas pero aún así prestaba gran atención a las palabras de su compañera.
— No estoy segura, he visto tantas cosas y todas me gustan. ¿Que crees que sea mejor?. — apoyó su cabeza en el hombro ajeno y suspiró. — Quiero darle algo muy especial, algo que pueda llevar siempre. — murmuró.
Mostima · 26-30, F
Con su teléfono en mano sacó la fotografía justo frente a ese enorme árbol de navidad, cuando la miró, casi no podía creer lo bonita que se veía su ángel con esa ropa de invierno, las mejillas enrojecidas por el frío y su sonrisa sincera. Incluso ella había sonreído. Pensó que era un recuerdo que deseaba atesorar por siempre.

—Te la enviaré después.— Guardó el dispositivo en su abrigo, antes de ofrecer su brazo a la pelirroja. —Entonces... ¿Ya decidiste cuál será el regalo de Fiammetta? Tiene que ser algo lindo, grande y brillante.— A su hermosa ave le gustaban las cosas bonitas.
L1580236 · 26-30, F
"Mostima" una forma adecuada de llamar a Helel y todavía se atrevía a decirle que el sobrenombre de demonio le iba bien a ella después de todas las travesuras que les había jugado. Lemuen dió un par de saltitos aún tomando la mano de Mostima, giró con ánimos y se detuvo frente a ella sonriendo entusiasmada. — ¡Adelante! — acomodó su vestido y llevó sus manos entrelazandolas en su espalda.

Lemuen tenía un gusto curioso por esas fechas, unas que disfrutaba compartir con sus seres amados, no disimulaba en lo absoluto la alegría que todo aquel ambiente le generaba.
Mostima · 26-30, F
—Tu crueldad no conoce límites. Tú eres la que debió haber ganado el sobrenombre de demonio.— No hacía mucho que Fiammetta y Lemuen habían comenzado a llamarla "Mostima" haciendo burla de ella, el apodo le había molestado al principio, pero incluso estaba acostumbrándose.

Tomó la mano de la pelirroja, halándola ligeramente para llevarla hacia el centro de la plaza principal de Laterano, vaya que no escatimaban con las decoraciones de aquélla fecha especial.

—¡Ven, tomemos una foto!
L1580236 · 26-30, F
— Nunca es demasiado pronto para comprar los regalos de navidad, además conforme las fechas se acercan es más difícil salir a hacer las compras entre tanta gente y aparte me resulta divertido como te esfuerzas tanto por guardarle un secreto a Fifi ~ —

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