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—Lemuen...
 
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Mostima · 26-30, F
No estaba tan segura de ello. Las varas le hablaban y lo que escuchaba no todo el tiempo era agradable. ¿Eran una bendición o una maldición? Era mejor opción convencerse de que las habilidades que le habían brindado eran para un bien mayor, aunque ella misma aún no lo comprendía del todo. —Al menos no me siento tan sola en mis viajes. Quizás esto sea lo más sentimental que vas a escuchar en mi en todo el año pero... las extraño.— como una infante se acomodó sobre el regazo de Lemuen, sus dedos distraídamente acariciando su muslo sobre las cobijas.

—Extraño los buenos momentos e incluso las peleas. Es un poco tóxico, pero se siente bien recordar que sigo aquí y que no estoy volviéndome loca.— Se acomodó con la espalda contra las piernas de la pelirroja, para mirarla. —Lemuen... ¿Crees que hice bien en proteger a Lock and Key de que Andoain las tomara? El precio a pagar fue caro.
L1580236 · 26-30, F
— Se que no vas a ceder tan fácil, no estás sola y tienes algo a lo que aferrarte. — añadió acunando su mejilla brindando suaves caricias con su pulgar. — Eres Helel, mi salvadora y hoy es el día en el que te aferraras al recuerdo de quién eres en realidad. Lock and Key es algo que no te va a dominar...— se inclinó lo suficiente para dar un beso sobre su cabeza y volvió a atraerla para dejarla descansar sobre su regazo. — Así que no estoy siendo condescendiente... en realidad se de todo lo que eres capaz.
Mostima · 26-30, F
—Los voy a evadir mientras pueda hacerlo.— No era necesario preocupar a Fiammetta, menos que se diera cuenta de lo grave que realmente era su estado, si Nonno tenía razón en algo, era en que su nieta era una buena persona. Bastante sensitiva, bastante empática, y a veces eso le rompía el corazón. No quisiera hacerla derramar sus lágrimas. —¿En serio crees eso, Lemuen?... ¿O solo estás siendo condescendiente?— Sonrió, acurrucándose contra ella. —Algún día... suena como algo muy ambiguo. Ni siquiera se qué día es hoy, o cuánto tiempo ha pasado desde que me fui. Lock and Key está haciéndome perder la cabeza.
L1580236 · 26-30, F
Lemuen suspiró...¿Cómo iba a negarle refugio a alguien quien perdió todo por ella?. Respiró profundamente y exhaló con pesadez mientras separaba un poco a Mostima para sujetar con sus dos manos su rostro y hacer que le mirara. — Puedes quedarte pero en cualquier momento vendrá Fia a buscarte. ¿Vas a evadir siempre tus demonios o llegará algún día en el cual podrás mirarlos de frente y contraatacar?. — le sonrió, se inclinó un poco y beso su frente. — Se que algún día, serás fuerte Mostima. Puedes quedarte el tiempo que necesites.—
Mostima · 26-30, F
La rodeó con sus brazos, aferrándose a su delgado cuerpo con toda la fuerza que le permitió la debilidad física y mental que sentía. —¿Puedo quedarme unos días contigo? No puedo regresar así... si busco a Fia va a preocuparse, y si regreso a la base de Emperor... ya sabes como se pondrá tu hermana. Rhodes ni siquiera es una opción, ahi tratan a todos como ratas de laboratorio.— Preguntó sin atreverse a mirarla. A pesar de todo, de su rivalidad en su juventud, y de las discusiones que había entre ellas por su pensamiento completamente diferente, sentía que en esos momentos solo ella podía ser su refugio.
L1580236 · 26-30, F
Apretó ligeramente sus labios, iba a responder que no lo pensaba, no creía que fuera patética pero al final...¿De que serviría decirlo?.
Lemuen continuó acariciando su espalda suavemente sintiendo como cada vez la tensión de su cuerpo disminuía. — Tu sanidad ha ido en picada últimamente y no te culpo, has tenido que cargar demasiado tu sola.
Mostima · 26-30, F
Asintió, quedándose en silencio durante un largo rato, dejando que la luz de Lemuen la envolviera, que sus brazos le dieran el consuelo que anhelaba, poco a poco su respiración fue tornándose regular, hasta que simplemente quedó recostada contra ella. —Debes pensar que soy patética...— susurró. —Si necesito mis 'dulces' para no entrar en crisis después de cada misión.— Se había terminado las paletas azules que consumía todo el tiempo, en realidad, distaban de ser simples caramelos.
L1580236 · 26-30, F
Si bien no podía sentir exactamente la desesperación que vivía Mostima, no iba a soltarla en aquella búsqueda de consuelo.
Lemuen beso su cabeza y le sujeto con toda la firmeza que le era posible, verla así le hacía doler el corazón, Mostima no solía dejarse ver de esa manera pero ahora...— Debe ser demasiado para ti, descansa aquí, deja todo aquí en mis brazos...— acarició su espalda tratando de brindarle calma en un suave vaivén de su diestra.
Mostima · 26-30, F
Los brazos de Lemuen eran un consuelo para la viajera perdida, que en sus travesías dejaba ríos de sangre debajo de sus pies, cada paso que daba era pecado... y ella era su perdón, su salvación, su confesora... esas atrocidades solo podía saberlas ella.

Pero esta vez ni siquiera podía hablar, simplemente se quedó ahí, temblando como una niña asustada.
L1580236 · 26-30, F
No podía imaginar por lo que estaba pasando, le sujeto con gentileza y firme le abrazó. — Resiste...

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