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Red hands never fade.
 
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Exs1575615 · 22-25, F
Con delicadeza se abrazó a ella, no quería provocarle más dolor del que sentía. Mostima sin duda era poderosa y que algo hubiese salido mal realmente le preocupaba, ese encargo fue por demás peligroso, cuando se trataba de Rhodes Island todo resultaba más complicado de lo habitual. — A la próxima vez espera por nosotras, por mi. — Extendió su mano hacia la mayor esperando un poco de ese empaque de golosinas.
— Cada vez parecen más listos, ya sabes ... Esta vez parece que iban preparados. Que problema. — llevó un par de gomitas a su boca e hizo una mueca. —
Mostima · 26-30, F
Reprimió un quejido ante el movimiento de la camilla, pero una vez Exia se acomodó a su lado, la molestia cesó, los analgésicos estaban haciendo su trabajo después de todo. Una sonrisa se dibujó en los labios de la caída, y desvió la mirada, tomando con su mano una de las golosinas para abrirla usando sus dientes. —Me dejé llevar, sucede algunas veces, pero creo que se me pasó un poco la mano.— Aunque aquélla respuesta era escueta, la realidad era que de no haber sido ella quien completara el encargo, cualquiera de sus compañeras habría terminado en esa camilla, y no era que le importaran demasiado, o "mantener unida a la familia", pero había una posibilidad de cinco de que hubiese sido Exusiai. No permitiría que le hicieran daño.
Exs1575615 · 22-25, F
Dudó por un momento, temía lastimarla. De su chaqueta sacó un par de golosinas y se acercó para subir a la camilla. Era suficiente para que pudiera acurrucarse a su lado y lo hizo con cuidado, evitando moverla demasiado. Las vendas, las manchas de sangre de una herida que aún estaba sanando. — ¿Que fue lo que pasó?...debió ser algo complicado para que tus artes no fueran suficiente. Debiste esperarnos, sabes que yo puedo cubrir tu espalda...—
Mostima · 26-30, F
Ella era... dulce, sin duda lo mejor que había en su caótica vida, era ella su alegría, su única verdad, lo único puro y la única luz que le quedaba... siempre lo había sido. —No vas a dormir en esa silla, ven acá.— Movió su mano llamándola, quería estar cerca de ella, a fin de cuentas era un baby yisus y no sería complicado que las dos estuvieran sobre la cama. —Y trae esas golosinas, en realidad eres un ángel guardián.~
Exs1575615 · 22-25, F
Negó con la cabeza, apenas y podía moverse y quería levantarse e ir a beber. Exusiai llevó la mano de Mostima a sus labios y depositó un beso corto. Acercó un poco más la silla y se recargó en la cama observando a la mayor. — Tendrá que esperar. La Doctora dió la orden de mantenerte aqui, así que hay que obedecer por hoy. Traje una almohada para dormir aquí en la silla y también golosinas a escondidas para poder sobrevivir a la horrible comida que dan a los enfermos ~
Mostima · 26-30, F
—Imagina...— Se removió suavemente, hablar le costaba, pero intentaba aparentar que su estado era mejor de lo que se veía. —No me quieren abajo y mucho menos allá arriba, la única opción es que me quede aquí, es por eso que no tengo miedo.— La realidad era que en el momento en el que la separaron de ella el temor de no volver a verla la invadió, pocas veces un ser como ella podía sentir esa clase de emociones, le había gustado... definitivamente lo haría de nuevo con tal de sentir ese amor que quemaba por dentro. —Deberíamos ir a beber algo, prometí llevarte a Lungmen después de la misión...
Exs1575615 · 22-25, F
Algo murmuró entre sueños que no se pudo distinguir bien pero cuando sintió el movimiento de su mano despertó al instante levantando la cabeza sacudiendola un poco. — ¡Estás bien! — lo grito escuchándose un "Sssh" desde otra habitación. Levantó la mirada hacia Mostima y aunque esta era algo dura al final suspiró y sonrió. — No te he perdonado por ser tan engreída e imprudente. Pero en este momento no puedo pensar en otra cosa, me hace muy feliz que todo saliera bien, habías perdido mucha sangre.
Mostima · 26-30, F
Estaba en Rhodes... quizás con mucha suerte de haber salido viva de esa misión "trágate esa, Dios", pensó y trató de reír, pero el dolor en su cuerpo era demasiado así que solo soltó un quejido e intentó mover su mano... dándose cuenta de que algo se lo impedía. Alguien, más bien, su ángel guardián. Su dedo acarició la mano de la pelirroja durante un rato, tratando de llamar su atención y hacerla despertar, quería escuchar su risa, o sus regaños, no importaba, después de todo ella siempre la hacía sentir mejor.
Exs1575615 · 22-25, F
Toda indicación hacia Exusiai de retirarse fue negada por la pelirroja, estuvo de pie todo el tiempo mirando hacia la puerta hasta que sacaron a la mayor en una camilla, estaba bien...¡Estaba bien!. Se levantó rápidamente pero nuevamente le impidieron ir tras ella, no fue hasta dentro de unas horas que se le permitió pasar a la habitación y ahí solo podía esperar a que despertara. Sujetaba su mano derecha mientras permanecía sentada en una silla a un lado de la camilla, su cabeza inclinada hacia abajo y su respiración pesada evidenciaba que se había quedado profundamente dormida en esa incómoda posición.
Mostima · 26-30, F
—No...— Extendió la mano hacia ella, más no pudo alcanzarla, no quería separarse, nunca quería separarse de ella... pero era su deber. Su horrible deber. Mostima era fuerte, a pesar de esa horrible herida, no perdió la conciencia, los médicos de Rhodes tuvieron que dormirla para empezar a trabajar.

Horas después, estaba en una de las habitaciones, el sedante había hecho su trabajo y la había mantenido inconsciente durante un buen rato, hasta que lentamente abrió los ojos. Todo dolía.

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