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And I still smile.
 
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Exs1575615 · 22-25, F
No importaba cuanto tiempo pasara, Mostima siempre llegaba a ella con esa sonrisa, con esa actitud despreocupada y en el fondo en verdad disfrutaba eso, su ausencia dolía, sus partidas siempre eran algo difícil de superar pero al final del día, cuando volvían a encontrarse todo se reducía a esos momentos. Únicos, efímeros. -¡Hey espe...- Pero no fue lo suficientemente rápida para defenderse de ese ataque furtivo lleno de besos sin evitar reír. -¡No te creería! - Aunque confiaba ciegamente en la mensajera ese cuento en verdad, sonaba a un invento suyo sacado de la manga para escapar de sus acusaciones.
Mostima · 26-30, F
—¿Ves? Contrario a la opinión popular no tengo planes para todo.— La aferró. Se sentía bien esa calidez... podía vivir por meses en lugares lejanos, pero ahí, junto a ella, era el único sitio al que podía llamar hogar. —O quizás solo quería pasar más tiempo contigo... nos divertimos en la isla.— Ladeó la cabeza para dar un beso sobre el cabello pelirrojo, aunque lamentó que se levantara de forma tan abrupta, más simplemente respondió con una sonrisa.

—Ese es un secreto.— Y se lanzó hacia ella para abrazarla a la fuerza, molestándola. —Si te respondiera que el jefe simplemente me textea para venir a ayudarlas, ¿Me creerías?— Dijo antes de comenzar a darle besos donde quiera que podía.
Exs1575615 · 22-25, F
—Pudimos escapar del barco pero jamás imaginé que no tendrías un plan para salir de esa isla.— Acurrucada contra ella acabo por abrazarla, suspiró y cerró sus ojos mientras jugaba distraída con la costura de la pijama.
—Siempre apareces en los momentos más oportunos. Siempre me he preguntado si eso tiene que ver con las llaves que posees. — divagó un poco y después se sentó en la cama a un lado de la mayor.
Mostima · 26-30, F
—Aw... me habría gustado estar ahí.— Al terminar su dulce, rodeó a la pelirroja con su brazo, prácticamente la obligó a que se acurrucara contra ella... desde que la conocía usaba el mismo perfume. Le gustaba, esas pequeñas constantes en su vida la mantenían con los pies sobre la tierra. Percibió el aroma de su cabello, y no pudo evitar un suspiro.

—Aunque si te hubiesen atrapado, habría ido a salvarte... ¿Recuerdas esa vez en el barco de Reunion? Cuando terminamos varadas en una isla por tres días...— Se movió lo suficiente para tomar otro dulce, y llevarlo a los labios de la Sankta.
Exs1575615 · 22-25, F
Sabía que le llamaba así solo para molestarla y en realidad lo único que lograba era que moviera sus manos pidiéndole que bajara la voz. Mostima era la única que la llamaba de esa manera. — Digamos que nos pasamos un poco. — Respondió dejándose caer en la cama para recostarse a un lado de Mostima, miró el techo y dejó escapar una rodilla corta. —No se conducir muy bien y me dejaron al volante. ¿Que puedes esperar?... obviamente un par de cosas rotas y autos muy dañados.-
Mostima · 26-30, F
—Nada importante en realidad, golpeé algunos traseros, salvé al mundo... más de lo usual.— Mintió, en realidad aquello era una milésima parte de sus verdaderas actividades, de las cosas terribles que hacía, hundiéndose más y más en el abismo en el que Dios la había lanzado.

Tomó una de las golosinas y se recostó sobre la cama, disfrutando de la suavidad de las almohadas, la miró desde su lugar. —Por lo que supe, ustedes si tuvieron algunas aventuras interesantes. Croissant me dijo que la policía de Lungmen por poco te lleva presa. ¿Te has estado portando mal, pequeña Remy?— Una sonrisa un tanto maliciosa, mientras saboreaba el dulce en sus labios.
Exs1575615 · 22-25, F
¿Que lograba molestándote con ella?. Al final no cambiaría y no era algo que realmente le molestara, tanto como Exia y Mostima cada quien había logrado hacer su vida de cierta manera, con esa masoquista peculiaridad de siempre recibirla de vuelta y sufrir su partida, en ese constante orden. Al volver lo hizo con comida y una buena ración de golosinas, entre ella apple pie y rosquillas.

Dejó todo en la mesa frente a Mostima y no se apresuro a sentarse, espero, le miró detenidamente. —¿Hay nuevas aventuras que contarme?
Mostima · 26-30, F
—¡Trae dulces!— Gritó desde donde estaba. El agua cayendo sobre su rostro fue refrescante, le relajaba... de pronto sintió que todo su cuerpo dolía, los estragos de sus batallas, los golpes marcados en su piel, los recuerdos de tanta sangre y muerte... desde que fue expulsada de Laterano, su condena interminable. Se sintió cansada. Se permitió frustrarse. Poco faltó para que comenzara a golpear la pared, para que destruyera todo lo que le rodeaba en medio de esa ira...

Pero cuando Exusiai volvió con los snacks, Mostima ya estaba sentada sobre la cama, con la ropa de dormir de la pelirroja puesta, secándose el cabello, y una sonrisa en el rostro.

—Debería ponerte un traje de maid para que lo uses mientras me atiendes, te verías linda.— Canturreó, como si nada malo sucediera.
Exs1575615 · 22-25, F
Cierto era que habían aprovechado su ausencia para guardar un par de cosas en su habitación y Exia en un arranque por superar sus partidas no reprochaba esas decisiones del grupo. Una vez que estuvieron en su habitación negó con su cabeza tras ese beso y suspiró antes de partir en busca de ropa para la peliazul.
—Dejare la ropa en la cama e iré por algo de comida. Debes estar hambrienta...— no podía odiarla, no podía culparla...en realidad sin importar cuántas veces lo hiciera, ella seguiría esperando y perdonandola.
Mostima · 26-30, F
—¿En algún lugar en medio de este desastre?— Miró alrededor. Su antigua habitación había sido convertida prácticamente en una bodega. Ni siquiera su cama estaba libre. Tampoco las culpaba por eso, ellas no podían saber si su ausencia duraría cuatro días o cuatro años. Asintió a las palabras de la pelirroja. —Pero en tu habitación. He dormido en lugares que no te podrías imaginar durante meses, muero por una ducha tibia y una cama cómoda.— Dijo con una sonrisa, antes de tomarle la mano y llevarla allá y le dio un beso en la mejilla antes de entrar en la ducha.

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