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Moonique · 26-30, F
Más tarde en el día, cuando empezaba a sentirse mejor, su llanto se había pausado, tomó su teléfono y leyó el mensaje. No lo respondió, sólo se quedó observando la pantalla por unos segundos. Las ganas de llorar le abordaron, pero la alarma en su teléfono le hizo reaccionar: era hora de recojer a su hija de la escuela; no había tiempo para llorar. Se fortaleció y continuó con su día.
{ Fin }
{ Fin }
CB1563525 · F
-Se quedo un momento en la puerta de la azabache después de que la cerro escuchandolr llorar y haciendole llorar a ella también, le dolía mucho escucharle de esa manera y se repitió así misma que Moonique estaría bien, su pulso temblaba de hecho todo su ser temblaba una vez que salio de ese lugar y subió a su auto, ni siquiera pensaba con claridad en esos momentos, tomo su celular y le envío un último mensaje antes de borrar el número y también se repetía lo mismo que ella.-
"Te amo y siempre lo haré, deseo que seas feliz siempre, cuídate. M."
Fue lo último que le escribió para luego tirar su teléfono en la parte de atrás de su auto y arrancar e irse para siempre.-
"Te amo y siempre lo haré, deseo que seas feliz siempre, cuídate. M."
Fue lo último que le escribió para luego tirar su teléfono en la parte de atrás de su auto y arrancar e irse para siempre.-
Moonique · 26-30, F
Tras haberse disculpado, ya no sabía ni tenía nada más qué decir. Ella asintió al escucharla hablar, y solamente dio un paso atrás para sostener la manija de la puerta, agachando la mirada para secarse una lágrima de manera discreta. Le sorprendió la noticia de su viaje; asintió despacio.
—¿A dón-...? —se interrumpió, aclarando su garganta— Te deseo lo mejor... Cuídate mucho. Adiós, Ophelia. —Esperó a que ella saliera, y llena de tristeza, cerró la puerta con cuidado. Ahora a solas, Moon no pudo contener las lágrimas, con la espalda apegada a la puerta, cayó al suelo y abrazó sus propias rodillas al llorar. Se repetía una y otra vez que era lo mejor para todos, lo mejor para su hija y para sí misma, pero la culpa de causarle dolor a Ophelia le hacía dudar sus propias decisiones.
—¿A dón-...? —se interrumpió, aclarando su garganta— Te deseo lo mejor... Cuídate mucho. Adiós, Ophelia. —Esperó a que ella saliera, y llena de tristeza, cerró la puerta con cuidado. Ahora a solas, Moon no pudo contener las lágrimas, con la espalda apegada a la puerta, cayó al suelo y abrazó sus propias rodillas al llorar. Se repetía una y otra vez que era lo mejor para todos, lo mejor para su hija y para sí misma, pero la culpa de causarle dolor a Ophelia le hacía dudar sus propias decisiones.
CB1563525 · F
-Detuvo su andar al escuchar como le llamaba sin embargo no había nada que perdonar al menos las cosas fueron dichas antes de que se saliera de control, apretó levemente la caja entre sus manos. ¿Como podía guardarle rencor? Ni siquiera podía pensar en eso porque le quería, demasiado más que a nadie pero tampoco iba a obligarle a que se quedará a su lado sabiendo los sentimientos encontrados que tenía, pero definitivamente no quería volver a verla al menos no por el momento ni por los siguientes días, necesitaba recobrar su estabilidad emocional.-
No vuelvas a disculparte.. No hiciste nada malo..
-Apreto los labios pensando en si decirle o no después de todo ya no había una relación de por medio aún así lo medito por un minuto antes de volver a hablar.-
Voy a irme del país... Recibí un contrato hace un par de días.. Lo acepte esta mañana.
Le informo y esta vez no la miro y siguio su andar hasta la puerta para salir.-
No vuelvas a disculparte.. No hiciste nada malo..
-Apreto los labios pensando en si decirle o no después de todo ya no había una relación de por medio aún así lo medito por un minuto antes de volver a hablar.-
Voy a irme del país... Recibí un contrato hace un par de días.. Lo acepte esta mañana.
Le informo y esta vez no la miro y siguio su andar hasta la puerta para salir.-
Moonique · 26-30, F
Sólo le dejó pasar. La caja estaba a un lado de la mesa de entrada, y ella se mantuvo junto a la puerta del departamento, sin querer enfrentarla directamente ni interrumpir que saludara a sus mascotas. Mantenía sus brazos cruzados a la altura de su abdomen, presionando para contener sus emociones. Sin embargo, no pudo evitar hablar antes de que ella saliera. Se llevó la mano al pecho, hablando con un tono de disculpas en su voz, de tristeza, incluso.
—Ophelia— dijo, avanzando un poco en su dirección—, lo siento mucho. Yo... No quiero hacerte daño. Sólo que... yo... —suspiró, no serviría de nada volver a explicar sus razones, por lo que sólo negó, teniendo dificultad de mantener la mirada en sus lentes de sol— espero algún día puedas perdonarme por esto. Y si algún día, después de todo esto, no me guardas ningún rencor, estaré acá para ayudarte en lo que necesites.
—Ophelia— dijo, avanzando un poco en su dirección—, lo siento mucho. Yo... No quiero hacerte daño. Sólo que... yo... —suspiró, no serviría de nada volver a explicar sus razones, por lo que sólo negó, teniendo dificultad de mantener la mirada en sus lentes de sol— espero algún día puedas perdonarme por esto. Y si algún día, después de todo esto, no me guardas ningún rencor, estaré acá para ayudarte en lo que necesites.
CB1563525 · F
Buenas Moonique..
-Saluda con calma mirando el interior del departamento de la azabache excepto a ella, no quería, la sensación de tristeza era demasiado grande que le revolvía el estómago, saludo a los canes de la contraria acariciandoles las orejas y se despidió de ellos y nuevamente suspira profundamente con cansancio cerrando sus ojos por un momento y luego los abrió evitando así que las lágrimas salieran, ya había pasado por rompimientos antes y aunque no todos le habían dolido tanto siempre se sentían difíciles los primeros días, no se quito las gafas de sol pues dejaría en claro las evidentes ojeras debajo de sus ojos y lo rojos que los tenía, tomo la caja en sus manos, no es que no quisiera estar ahí pero entre menos tiempo pasará más difícil le sería contenerse.-
Me alegro que estés bien..
-Menciona con una pequeña sonrisa que ni siquiera lucia como una antes de dirigirse a la puerta de aquel departamento.-
-Saluda con calma mirando el interior del departamento de la azabache excepto a ella, no quería, la sensación de tristeza era demasiado grande que le revolvía el estómago, saludo a los canes de la contraria acariciandoles las orejas y se despidió de ellos y nuevamente suspira profundamente con cansancio cerrando sus ojos por un momento y luego los abrió evitando así que las lágrimas salieran, ya había pasado por rompimientos antes y aunque no todos le habían dolido tanto siempre se sentían difíciles los primeros días, no se quito las gafas de sol pues dejaría en claro las evidentes ojeras debajo de sus ojos y lo rojos que los tenía, tomo la caja en sus manos, no es que no quisiera estar ahí pero entre menos tiempo pasará más difícil le sería contenerse.-
Me alegro que estés bien..
-Menciona con una pequeña sonrisa que ni siquiera lucia como una antes de dirigirse a la puerta de aquel departamento.-
Moonique · 26-30, F
Ya sabía que Ophelia iba a ir a su apartamento esa tarde. No sabía muy bien cómo manejar la situación; cada situación era distinta, cada tristeza dolía distinto, así que a pesar de no ser la primera vez que pasaba por un rompimiento, Moonique estaba sumamente nerviosa, incómoda, triste, confundida.
Para hacer las cosas más sencillo para las dos, Moon guardó las cosas de Ophelia en una pequeña caja, donde dobló con cuidado su ropa y sus objetos que alguna vez se habían quedado alrededor. Estaba tomándose una copa de vino y fumando un cigarrillo junto a la ventana, su quinto en esas últimas dos horas, cuando por fin escuchó la puerta.
— Ophelia, buenas... Eh, pasa. —dijo, abriendo la puerta para dejarla entrar, sin mirarla directamente. El sentimiento de culpa le volvió a invadir como un frío en la boca de su estómago.
Para hacer las cosas más sencillo para las dos, Moon guardó las cosas de Ophelia en una pequeña caja, donde dobló con cuidado su ropa y sus objetos que alguna vez se habían quedado alrededor. Estaba tomándose una copa de vino y fumando un cigarrillo junto a la ventana, su quinto en esas últimas dos horas, cuando por fin escuchó la puerta.
— Ophelia, buenas... Eh, pasa. —dijo, abriendo la puerta para dejarla entrar, sin mirarla directamente. El sentimiento de culpa le volvió a invadir como un frío en la boca de su estómago.
CB1563525 · F
-Casi una semana había pasado desde su rompimiento con Moonique, una semana donde había estado bebiendo, trabajando sin dormir mucho y sin casi probar bocado, sus pasos eran pesados y sin alguna elegancia de la que antes era poseedora, tal y como había dicho iría a recoger las pocas cosas que había dejado en el departamento de la azabache, sus manos temblaban debido al nerviosismo, falta de sueño y demás, nuevamente suspiro y se mantuvo en la puerta por alrededor de cinco minutos antes de atreverse a tocar.-
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