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Moonique · 26-30, F
Era una tarde tranquila, estaba en casa, terminado su trabajo del día y ahora sólo quedaba pasar el tiempo con sus mascotas y cocinar algo de cenar. Moon se encontraba cortando unas zanahorias para ellos en el momento que los escuchó ladrarle a la puerta. El timbre de su apartamento casi nunca funcionaba, pero no hacía falta cuando habían dos peludos dispuestos a anunciar un visitante. Llevándose un bastón de zanahoria a los labios, caminó hacia la puerta, y se antepuso a sus mascotas para poder abrirla sin que estos se escaparan.
—¿Hol--? Oh, dios. —exclamó, viendo cómo la muchacha parecía que había sido sacada de su propio baño. La reconocía, algún par de veces la había encontrado en las áreas comunes, pero ahora se preguntaba cómo había llegado así a su puerta. Moon se asomó para ver los lados del pasillo, y antes de que ella dijera nada, retrocedió para sostener a sus perros inquietos que no habían dejado de ladrar. —¿Estás bien? Pasa, pasa. Tranquila, no muerden.
—¿Hol--? Oh, dios. —exclamó, viendo cómo la muchacha parecía que había sido sacada de su propio baño. La reconocía, algún par de veces la había encontrado en las áreas comunes, pero ahora se preguntaba cómo había llegado así a su puerta. Moon se asomó para ver los lados del pasillo, y antes de que ella dijera nada, retrocedió para sostener a sus perros inquietos que no habían dejado de ladrar. —¿Estás bien? Pasa, pasa. Tranquila, no muerden.
Linda imagen
Ophelia1576351 · F
Tocó su puerta, pudo identificar el departamento vecino; aún el mecanismo de luz de emergencia ante un apagón no se había encendido. Era aquella joven que había visto unas dos veces en el elevador o la señora mayor que vivía final del pasillo (quien convenientemente estaba de vacaciones), no tenía demasiadas opciones. Estaba envuelta en una toalla de baño, con restos de shampoo aún en su cabello y gotas de agua desparramadas por la piel visible; había salido abruptamente de la ducha. Se sentía totalmente mortificada pero una serie de hechos —que tranquilamente pudo haber previsto— culminaron dejándola en esa situación, sin poder entrar a su departamento hasta la mañana siguiente cuando el portero hiciese presencia.
¿Y si ella tampoco se encontraba en casa? Comenzó a inquietarse ya que no era muy paciente que digamos e inclinó la cabeza para ver si desde la cerradura se desprendía algún halo de luz.
¿Y si ella tampoco se encontraba en casa? Comenzó a inquietarse ya que no era muy paciente que digamos e inclinó la cabeza para ver si desde la cerradura se desprendía algún halo de luz.

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