¿Misuzu? Soy Helena. ¿Qué haces en un clan? Digo... ¿son como un grupo de rescate? —Nunca había escuchado el término antes. Elevó su vista a ella, curiosa.— Si. Tal vez no es tan malo que me confundan con un simple animalito doméstico.

— Lo lamento, si hay algo que pueda hacer por ti dime, Misuzu del Clan Kagura y en mi clan cualquier ser es bien recibido y si necesitas algo con gusto te ayudo.

Se siente mal por su error, a lo que le pregunta.

— Eres una loba, te vez muy jovencita además de que ya es raro ver lobos la mayoría ya sabes.

Ya sé que no lo dijiste, pero así se siente. —Tomó aire, miró su comida cabizbaja. No quería una disculpa, sólo era inevitable para ella ofenderse ante las confusiones; era demasiado temperamental. — Una loba. Estoy pequeña pero sigo siendo una.

— Jamás dije que no tuvieras sentimientos, si me dices que eres podré disculparme apropiadamente por mi falla.

Dijo sincera al ver qué aquella criatura se ha enojado, también siente curiosidad por agarrarle las orejas.

¡Ahh! No soy un perro, ni un gato, ni un jodido zorro. ¡Y si fuera alguna de esas cosas, está mal mirar a los demás como si fueran objetos sin sentimientos! —Habló tan de prisa y enojada que se agitó .— ... siempre lo mismo.

— Tienes orejas cómo los gatos.

Aunque por su estatura baja solo ve que son parecidas a los de los gatos o tal vez es una kitsune albina.

No pensaba quitartelo solo quería estudiar un poco el comportamiento de los perritos, veo que son posesivos con sus comidas.

Sí, ese es gato. Yo no, no, ni de cerca. (?)

—...... Un gato. (?)

¿Acaso eso fue un maullido? Si fuera perro, ya estaría queriendo morderte la cara. —Tomó el plato, acercandolo a su pecho recelosa. — ¿Qué?