- queda pensativo, sujetando su rostro de la barbilla pensando en las palabras que le ha proferido, mismas que parecen dar respuesta y algo de sentido a sus inquietudes, pero cuando le es presentada ante el una copa de vino, sus gestos se suavizan para poder dar paso al deguste de su bebida-

Ahora entiendo, en ese caso ¿aceptaría ser mi aliada?

Sirvio una segunda copa de licor para el espiritu, tomando la copa que le pertenecía en las manos.

- ¿Te intereso? Vaya eso es nuevo. Nunca alguien se intereso en mi mas que por mis conocimientos en medicina, pero creo que puedo responder lo del aura, mi familia siempre fue adoradora de dragones y me crié como una sacerdotisa que realizo el cultivo de su nucleo, quiza sea eso lo atrajo tu atención.

-Asiente una vez que toma siento para poder relajar su cuerpo sobre el respaldo, mantiene el aire de seriedad que siempre le ha caracterizado-

Me interesas, aunque parece que no te has dado cuenta, en estos momentos una poderosa aura irradia de tu cuerpo y aunque ignoro el modo por el cual has despertado esos poderes, has conseguido atraer mi atención.

- Asi que un espiritu... Ahora entiendo. Pero es extraño que antes no haya podido verte, siempre he estado rodeada de seres misticos. Supongo que estar tan cerca de los dragones hizo que pueda verte de mejor manera.

Observo con atención al joven frente a ella, no dudaba de sus palabras pero sus ropas le resultaban algo extrañas, no eran como las que se usaban en el palacio en el que servía.

- Y ¿A que debo la visita de un espiritu como tu en mis aposentos? ¿Acaso quieres un poco del licor de melocoton que me obsequiaron?

-Y es cuando lentamente va saliendo de las sombras para permitir que la escaza luz que alumbraba la habitación lo cubra para detallar mejor su fisonomía, altivo y elegante se desplaza a paso lento en dirección hacia la joven hasta que puede sentarse en un sillón frente a ella-

Mi nombre es Youko Kurama y de alguna manera siempre desde hace siglos he habitado este lugar, como espíritu al que ningún humano podría ver por ello es que jamás antes habías podido verme, pero parece que de alguna forma ahora si eres capaz de sentir mi presencia y poder verme.

Estaba en su tiempo de descanso, y una de las siervas de palacio le había obsequiado un jarro de licor de melocoton, uno de sus favoritos. Solo se había servido una pequeña copa cuando sintió una voz desconocida en la puerta de su habitación.

- ¿Quién está ahí?

Lo unico que pudo distinguir fue una silueta oculta entre las sombras. Si había entrado a palacio, no deberia haber peligro alguno, o al menos eso pensaba. Dejo la copa sobre la mesa para observar atentamente hasta que el desconocido se mostrara.

Veo que no soy al único que le agrada beber como pasatiempo...

-Expresa una voz sombría que se deja escuchar a lo lejos, seguido de ello se puede sentir una fuerte presencia proveniente de uno de los rincones mas oscuros del lugar, donde simplemente se ve una figura humanoide entre las sombras, donde dos orbes dorados son los únicos rasgos que resaltan del ser que irrumpe en la tranquilidad de la morada de la mujer-