-[ La atmósfera se hizo mas pesada, pero al menos no se daría por vencido. No por este momento. Con cierta malicia en su sonrisa, se despegó de la pared, acercándose a paso tranquilo hasta la cama de Mikleo. Se detuvo, sentándose sonriente en la orilla. Tras mirarle, le tomó la pierna izquierda con la zurda, la mas cercana y la atrajo hacia sus labios, poniéndola muy cerca de su rostro. Sonrió con cierta maldad, posando estos sobre el pálido muslo. Dio pequeños besos delicados y de pronto profundizó uno, utilizando la lengua en ello. Se concentró prácticamente en los nervios de las piernas, volviendo el beso mas apasionado, una mirada pícara, llena de deseo, era dirigida hacia el rostro ajeno en mitad de la acción ]-
-Una notoria sonrisa bastante pícara y maliciosa se dibujó en el rostro del serafín ya que efectivamente eso estaba ocurriendo. Máximo le estaba metiendo cosas en la cabeza y en especial algunas frases para incomodar al rubio sin que este se diera cuenta.- [code]Quizás... [/code]
[code]¿Hacer que? Siempre duermo así, ¿O caes en un trance cada vez que dormimos en las noches?[/code] -Ladeó la cabeza mientras soltó carcajada divertida a medida que llevó una de sus manos a la altura de sus labios para ocultar parte de ellos.-
-[ Juguetea nervioso con un mechón de su cabello, pero sonreía escondiéndolo muy bien ]- Faltan diez días con once noches exactas para poder tocarte como debería... ¿Porqué me haces esto? -[ Replica con un acento torturado ]- Vous êtes vraiment cruel, séraphin...
