¿Ángel...? No, soy un espíritu del agua. -Siguió manteniendo esa postura cortante y distante, pese a que había visto aquellas orejas de la mujer, se notaba que a sus ojos no era demasiado inteligente.- Eres una mortal, estás viva. Yo no. ¿Eres idiota, verdad? -No pudo resistirse a decirle lo que pensaba, no era esa clase de sujetos que se guardaban sus cosas o trataban de ser cortés con desconocidos.- Quizás estas cerca de morir como para que puedas verme... ya sabes, vivos no ven muertos, es cosa de lógica, mujer. Y yo también puedo hacer trucos de magia. -Alzó su mano como si nada y apuntó a la mujer, ocasionando que un chorro de agua le moje totalmente en un instante, claramente apagando su flama.-

¿Serafín? ¿Una especie de... ángel? **Inquiere, arqueando una ceja con divertida incredulidad, para luego soltar una risa divertida al comentario del hombre.** No soy una mortal. Tarán tarán.~ **Levanta juguetona sus cabellos a la altura de las cienes para mostrar sus orejas puntiagudas.** ¿Sorprendido? Mira... **Enciende una pequeña flama con luz dorada en la falma de su mano, flama que toma la forma de él en miniatura.**

Soy un serafín. -Respondió tajante y con desdén, aún extrañado por la presencia de aquella mujer. Evidentemente su mirada volvió a ella ante tanta palabrería, lo que terminó con el albino cruzado de brazos y recargado contra la pared.- No se supone que puedas verme. Ningún mortal puede.

Te hablo a ti... cosa extraña. **No sabe como definir a aquel hombre de extraños cabellos blancos. Nunca ha visto algo similar.** ¡Dioses! Pareces tan aguafiestas como una bruja que conozco. Y hasta puedo decir que se parece a ti físicamente.~

-Le observa desde lejos, extrañado, algo incómodo y asumiendo que le había hablado a otra persona, así que sigue en lo suyo.-

Tu cabello se ve más femenino que el mío.~ (?)