-Se sentía pésimo por haberle golpeado con el cucharón de esa forma por puro celos, no quería ver si quiera como le había dejado el rostro que tanto adoraba, pero tenía que hacerlo para ver la gravedad del asunto. Estaba totalmente rojo y no tardaría en ampollarse. Se puso peor de lo que estaba a tal punto de derramar un par de lágrimas. Se arrodilló frente suyo para quedar a su altura y negó repetidas veces con la cabeza.- Lo lamento, soy un idiota, no debí reaccionar así. Déjame curarte. -Canalizó un poco de agua en su mano libre y la acercó a la zona dañada con la intención de curar la quemadura.-