¿Qué te puedo decir? No soy una presa fácil. -Se contagió de la risa ajena y su puño de inmediato escondió aquella sonrisa que se dibujó en su rostro.-
-Se apartó para fijar sus ojos en los contrarios y manifestar nuevamente una ladina sonrisa coqueta.- ¿Soy un lindo conejo? ¿Me volveré tu presa o que?
-[ Ríe entre dientes, antes de recibirle mas placentero y sumiso, atreviéndose a rodearle el cuello con los brazos ]- Pues tu te ves como un lindo conejo mmm...
Me parece bien pero, quedatela un rato más. Es divertido verte así. -Sonriendo de costado, bastante coqueto, procedió a besar otra vez los labios contrarios, pero esta vez se atrevió a morder la zona.-
-[ Se quedó paralizado por unos segundos, sonrojándose hasta las orejas y comentó meloso y un tanto cómplice ]- Creo... que entonces usaré esto mas seguido para dormir contigo... pero ¿Porqué no me retiras la cola en privado? -[ Susurró cerca ]-
-Su risa poco a poco fue descendiendo hasta desaparecer, pero no su sonrisa quien aún seguía presente a todo momento. Sus manos, pronto se posicionaron en las mejillas ajenas, acercando su rostro y ladeando este depositó un pequeño beso en los labios contrarios. No durando casi nada la unión, se separó para susurrarle en un tono suave con una pizca de seducción.- Me encantas así como estás.
-[ Había que admitirlo, que Mikleo riera era siempre algo nuevo, lindo y digno de guardarse para eterna memoria, nunca se cansaría de verlo, pero claro todo es contagioso y el terminó riendo un poco ]- ¡Qué cruel! Te ríes de mi cola, debí usar mas shampoo.
-Aquel gesto le causó tanta ternura como risa ya que jamás había visto de esa forma al rubio por lo que sus carcajadas se hicieron presente. Tuvo que esconder con su puño sus labios cuyos no paraban de dibujar una encantadora y divertida sonrisa.-
