Soy Mikleo, un gusto. -No solía hacer un apretón de manos con nadie así que este caso no iba a hacer la excepción, solo se quedó viendo su mano como si nada.-
Así soy yo también, así que no creo que podría llevarme bien con tu amado, pequeño. *se acerca a él un poco y extiende su mano hacia a él* Yuu Kuroya es mi nombre...¿Tu eres?
No habría intervenido de no ser por algo... pero ya que te crees tan sabio pequeño serafín, dejaré que tu mismo resuelvas este problema. -[ Habló fríamente antes de que una repentina llamarada verdosa lo envolviera, haciéndolo desaparecer. ]-
¡Oh! ¡Eso es fantástico! Mira Ash, él puede verme. Ahora puedo hacerme un amigo. Así que ya, relájate, ¿O qué? ¿No puedo tener ahora un amigo? -Le pregunta hacia el rubio mientras sale un poco de su escondite para ver a su amado.-
No tengo porqué largarme cherié, cuando aquí eres tu el invasor. Hazme un favor y regresa a tu amada ciudad. -[ Sonríe divertido y burlón, sin quitarle del medio, pequeñas chispas verdes comienzan a salir de su cuerpo ]- No quiero ensuciarme las manos con vuestros restos.
Soy un serafín, no es normal que los humanos puedan verme. -Menciona sus palabras detrás de su amado Ash mientras mira al contrario quien muy extrañamente puede verle y escucharlo.-