Claro que lo estoy. -Respondió con firmeza y luego alzó la mirada para verle.- Ash, el Señor del Caos no existe en este mundo, no me pasará nada. Estuve investigando mucho este tiempo en que me fui. Mis habilidades solo purifican, no me contaminan ni me daña la oscuridad. No me corromperé, no puedo corromperme si ya no existe ese ser que dañaba a los serafines. -Mencionó en el transcurso hacia la cama y al momento de ser apoyado en esta, apenas pudo acomodarse a gusto, realmente estaba débil.- Creo que la tiene un monstruo en la boca o debe de estar tirada por alguna parte. La encontrarás rápido si la rastreas con tu fuego, tiene parte de mi energía.