Negó al escucharla, no hacía falta agradecimiento alguno, al contrario, si eso podía ayudarla, era más que suficiente. Paso la palma de su mano sobre su cabello y dándole un ligero beso en la frente, la dejo descansar. — Es un placer.—
- En ese semblante una sonrisa se dibujó, asintiendo lentamente, a medida que solo cerraba ambos párpados, y aferraba a ese brazo, suspirando lentamente mientras el sueño le vencía. - —Gracias. - Finalizó antes de quedar completamente dormida a su lado. -
Su semblante lo decía todo; inseguridad, tristeza, melancolía. Desde el inicio supo que algo no andaba bien, más las palabras de la cabina confirmaron sus sospechas, por lo tanto, palmeó su cabeza y con calma así como una sonrisa reconfortante asintió. — Quédate cuánto desees Dasha, desde ahora mi casa, es tu casa.—
— Solo quiero estar cerca. -Inmutable fue después su silencio, intentando ocultar la evidente tristeza en la cual se encontraba, noticias venideras de un mensajero le habían entristecido por completo.- — ¿Puedo quedarme aquí.. un periodo largo de tiempo?
Por supuesto fue sorpresivo, aquel semblante lleno de melancolía de la canina fue inesperado, así que al tenerla cerca, se limito a acariciar su cabello y murmurar. — ¿Pasa algo, Dasha? —
— Supongo. - Tomaría su lugar, recostándose de ladito, le sujeto del brazo con cuidado, re pegando su nariz contra el mameluco felpudo de pikachu, se le veía un poco triste, así que no menciono nada, solo permaneció en silencio.-
— Maravilloso - Deja escapar una risa divertida por igual, toma de nuevo la almohada para darse un golpecito en el pecho. - — Whaaa me paso lo mismo. (?)
— No hay mejor sazón que lo hecho de corazón. — Comento sincero, solo para ser golpeado por aquella almohada, rio y de inmediato le sonrió de forma dulce. — Por completo, me he convertido en tu Pokémon.—
— Espero te agraden, finalmente es algo que haré con el corazón. -Se reincorporo para recostarse a su ladito, encontrando una almohada en forma de pokebolas, se la arrojó suave. - — Te atrape.
