— ¿Algún malestar? Vamos, entra al consultorio, me encargaré de revisar todos tus signos personalmente, aunque puedo ver qué tú temperatura solo va en aumento.
— Veo que estás realmente débil, pero es totalmente indispensable que te mantengas en calma, dado que pronto te recuperarás.
Podía notar por cada uno de sus síntomas que la indigestión le habría Sido un mal más fuerte de lo esperado, no obstante, unas ligeras palmadas sobre su cabeza y caricias en sus orejas fue el inicio del tratamiento, dado que lo principal era calmarla y tranquilizarla, después de ello, medicina era menester para su malestar. — Es cierto que comer.tanta carne fue algo que no debiste hacer, pero para ti fortuna no morirás.por algo así, Dasha, al contrario, podrás recuperarte antes de que cante un gallo.
— D-Dasha siente .. mareos. - Evidentemente la indigestión había hecho lo que quiso con la canina, inclusive sudaba frío, por lo que cuando le tomó la manita, se percibían sus dedos temblar, con cuidado tomaba asiento, para así permitir la revisión, alzándose la blusa por encima del ombligo.- —¿Dasha va a morir? ¿Acaso no debí comer tanta carne?
Vaya sorpresa fue ver a la canica sufriendo de esa forma, aunque por lo que podía ver era un caso de inflamación estomacal, sonrió con calma y tomando su mano la sentó en el sofá. Se colocó un estetoscopio y colocándose en cuclillas alzó la ropa de la canina hasta el área de sus costillas para colocar el curioso aparto.
— Ya veo, si, es lo que temía ¿Has comido demasiado, cierto? —
-Llegaba con un severo dolor de estomago tras comer tres camiones de carne Kobe, no supo ni como llegó al consultorio, pues dudaba entre si ir al veterinario o con aquel rubio que bien conocía no era doctor, seguramente podría ayudarle en algo.-[?] — ¡M-Me duele!
