Nego con el rostro, después de todo, no era un asunto de espacio, el lo sabía bien considerando que a ambas las conocía bien, debido a ello estiro su mano en dirección a Dasha invidsntola así ha acercarse, de ese modo, el contacto entre ambas sería más factible.

— Solo acércate Dasha, no se trata de eso, más bien, es aún un punto de desconfianza por su naturaleza, solo acércate con calma.

- Intentaba comprender por qué le tenía miedo, en ello recordó que no todos los perros eran tan amigables como ella, además de que seguramente oler tantas especies distintas era algo sumamente confuso para la pequeña minina. De inmediato se le ocurrió una idea, agitó un poco su cabeza, para así hacer desaparecer orejas y cola, mostrándose como una humana normal. -

— Calma no te haré nada, aunque si respeto que desees estar con Mikhael, así que descuida les daré su espacio.

— Tranquila Nyoko, tranquila..

Comentaba con calma, ya no tanto para que se calmara, sino más aún, por el hecho de que lo lastimaba con sus garras, aunque fue un alivio en cuanto bajo de el.

— Dasha no muerde, tranquila Nyoko, estarás bien.

Exclamo, la acariciaba un poco para calmarla un poco más y sonreía de cierta forma al ver esa expresión tan linda y chistosa que tenía, pero al mismo tiempo, invitaba a Dasha a acercarse poco a poco.

Seguía gruñendo y más aún al escuchar a Dasha emocionada.

— ¡El perro me habla-nyaaaa!

Clavó sus garritas en la cabeza de Mikhail, haciendo sonidos de llanto falso, pero luego bajó de su cabeza y caminó con cautela hacia Dasha, mirándola de pies a cabeza.

— ¿Vas a morder a Nyoko? Nyoko tiene garritas afiladas y también muerde-nya.

Movió su colita y mostró sus garritas, buscando intimidar a la canina, pero más que intimidar, solo causaba más ternura, pues sus mejillas estaban enrojecidas, le daba vergüenza que evidenciaran su temor.

— No te acerques demasiado Dasha, Nyoko es un poco temerosa de los caninos, incluso aunque no le hagas nada.

Intento que el encuentro entre ambas fuera agradable, por un lado acariciaba a la felina y por otro a la canina, así podría ser más fácil el e cue tro entre ambas.

— Joh, no esperaba que desearías algo así, Dasha.

— ¡¿E-eh un gato?!

-La emoción desborda sus ojos al notar tanta ternura, no intenta acercase por sí le tiene miedo cosa que era evidente. -

— ¿Y si me haces unos a mi, pequeña?

— Shhh, no digas eso Nyoko, solo fue un capricho que te cumpli.— Acaricio su cabeza para calmarla, obvio la cargo para tranquilizarla y no temiera. (?

— Que mentira. Me hizo pintarle esos tatuajes con crayolas. — Se trepa a la cabeza de Mikhail en modo chibi y gruñe bajito porque le tiene miedo a los perritos. {?}

— ¿Estás segura de ello, Dasha? Después de todo suelen ser algo dolorosos