Excelente. -Agregó chocando las palmas de sus manos entre sí. Identificó el sofá más alejado en aquella habitación, y fue hacia él para tomar asiento. Deseaba que el temporal cuadrupedo caminara lo más posible sobre sus rodillas, para terminar sintiendo el peso sobre estas. Cruzada de piernas, sacudió sutilmente el pie elevado para llamarle la atención. - Me alegra que lo seas, porque necesito mi suela bien limpia antes de salir a la calle.

*Se sonrió tenue con la caricia, cuál recompensa tras un arduo labor. Y es que eran aquellas cosas que le animaban, una caricia, una mirada, una palabra de su Mistress. Sumiso, no alzó su mirada para verla directamente al rostro, sino que respondió con voz segura aunque baja.* Yo, Mistress. Soy su chico bueno.

- Una sonrisa satisfactoria se dibujó en su rostro con aquel detalle extra sobre el suelo que pisaba. Complacida se inclinó hacia delante, enmarcando aquel bello rostro de látex con ambas manos.- Eres muy atento, mi niño hermoso... ¿ Quién es un chico bueno? ¿Quién? -Dijo intentando motivar el juego con su mascota.-

*El ser gateó hasta colocarse a su lado, junto a sus pies para atar su zapato. Después de hacerlo, besó el piso frente a ella y se mantuvo cabizbajo esperando más instrucciones*