/El tacto opuesto es bien recibido, agradable sin duda, le dejaba presente una tenue sonrisa y motivación a continuar. El lazo finalmente se deshizo, todo para apartar aquella tela que cubre el perfecto cuerpo de Miruna. Mucho mejor... ~
— Sin reparo los dedos de Miruna comenzaron a tocar esa linda piel expuesta, en lentas caricias de sus yemas. Estaba a punto de inclinarse, con la idea de besarla, pero bajó la vista al ver cómo el lazo se iba desarmando. — Está bien, si tú quieres...~
Las ganas de besarte me ganaron. Además... /La pálida piel se iba delatando, así como el oscuro conjunto que cubría su busto. A su vez, Hanabi pasa sus manos contra la cadera de su mujer, sus dedos deslizan donde pudiera sentir la piel, subiendo hasta ese pequeño lazo delantero que fue jalando. Yo también debo encargarme de ti...
— Con la corbata libre del camino cayendo al suelo, la mujer continúa encargándose de abrir los botones iniciales de su camisa. Se veía muy risueña a casua de los besos recibidos.— No estás ayudando.~
Mucho mejor... /Y así, mientras ella se encargaba de su atuendo, Hanabi tuvo la libertad de dejar un par de besos, mejilla y hombro fueron invadidos por los labios de la albina.
Está bien, yo te ayudo. ~ — Movió su rostro contra esa mano en la mano, mimosa como una felina. Luego, estaría desajustando la corbata que Hanabi solía lucir. —
/Solo un momento bastó para hacerle sonreír por lo bajo y, darle a entender que no necesitaría pensar en algo más por ahora. La diestra subió, para posarse en su mejilla. No estaría mal, aunque tendrás que ayudarme con eso.
— No había mejor sensación que esa, los besos de Hanabi y esos brazos que le brindaban calor y seguridad para relajarse e ir acomodándose más cerca.— ¿No quieres ponerte cómoda también? ~
/Los labios de Miruna son la distracción perfecta, la que hace olvidar cualquier otro pensamiento. Sus brazos la rodean en ese beso que simplemente no podía dejar ir.
