Su sed era tanta por el pedaleo en bicicleta, que bebió sin problemas, agradecida.
Enlazando las manos sobre la mesa, Miruna dedica un leve asentir, haciéndole saber que la escucha. No dejaba de pensar en la energía que Blaze trasmite, esa calma y madurez incluso ahora, cuando hablaba sobre el fallecimiento de su padre.

— Oh... Lamento tu pérdida, no...puedo imaginar cómo te sientes.

Una sonrisa bastante apagada se asoma en sus labios. Recordando lo conflictiva que era la relación de Blaze con su progenitor, no debía ser sencillo lidiar con tanto.

— Comprendo, estás casi recién llegada.¿Planeas quedarte o sólo estas de paso?