El rubor se apareció como termómetro que subía por el rostro de la albina ¿Estaba bien lo que escucho y la mirada de Miruna?. Sus orbes celestes se posaron en seguida imitando el mismo seguimiento al cuerpo de ella, llegaría hasta sus ojos mieles.

— ¿Por qué no tomamos un día y me pones al tanto? ... Sería una buena bienvenida nuevamente.

Era su forma de invitarla a salir otra vez, en ese silencio bajó su vaso sin quitar sus orbes de los contrarios.

— Puede ser una veterinaria... No lo sé, es mucho dinero el que hay de por medio, Miruna. Quizás necesito un socio o una socia...

Lanzaba esas ideas al frente ¿Por qué no? Ambas se conocían perfectamente la una a la otra. Quizás faltaba actualizarse pero conocía una parte de aquella chica.

— ¿Aún está el sitio de batidos dónde íbamos?

— ¿Estás insinuando que quieres abrir una veterinaria?

Los ojos brillaron por un momento, siendo que no sabía si había entendido bien.
Miruna hace un gesto con su mano, sin dejar de sonreír.

— Deberías ir de paseo por la ciudad y descubrirlo. Quizá, sería bueno algo que te guste como, no sé, ¿un gimnasio? Solías ser muy atlética.

No fue discreta al deslizar la mirada por su cuerpo y agregar en un tono simpático.

— Todavía lo eres.

Elevó sus cejas impresionada por el cambio de carrera, pensó que había sido veterinaria.

— Química farmacéutica, suena bien.

Apretó su vaso con su mano despacio, llevo este elevando para colocar sus labios allí y pensar.

— ¿Te gusta más que la veterinaria? Digo... Tomaré una parte del dinero que me quedo y lo invertire en algún proyecto, aún no se cuál pero...

Fijó su mirada en ella por momentos.

— No sé ¿Que hace falta aquí?

No supo qué comentar exactamente. Prefería el silencio y su mirada serena, procesando todo lo que sabía de Blaze ahora. Solían ser tan unidas demasiado, y ahora se sentía como una lejana conocida.

— Espero que sea un nuevo comienzo para ti. Verás que muchas cosas han cambiado, pero otras siguen siendo como antes.

Suspiró, con aire alegre por cómo le miraba ahora.

— ¿Yo? a mi me ha ido bien, no puedo quejarme. Trabajo en el negocio familiar, la farmacia de mi tío aunque espero una respuesta de un laboratorio en el que quiero trabajar. ¿Recuerdas que quería ser veterinaria? Eso no resultó, terminé siendo química farmacéutica.

— Supongo que debía suceder... El que el muriera...

Asiente enseguida de escuchar a Miruna bebiendo ahora ella un vaso de agua para acompañarle. Cerro sus ojos por breves momentos para sentir el líquido pasar por su cuello.

— Me quédare, herede los negocios de el. Extrañamente me tenía en su testamento.

Ella misma se sorprendía que su propio padre le dejara algo, la relación con el tiempo se había desgastado con ese hombre.

— Es... agradable volver a verte.

Comenta sincera, no quería seguir hablando de ella misma.

— ¿Que hay de ti?

Su voz de adolescente era llamativa, ahora era aún más, siendo profunda y madura.

Su sed era tanta por el pedaleo en bicicleta, que bebió sin problemas, agradecida.
Enlazando las manos sobre la mesa, Miruna dedica un leve asentir, haciéndole saber que la escucha. No dejaba de pensar en la energía que Blaze trasmite, esa calma y madurez incluso ahora, cuando hablaba sobre el fallecimiento de su padre.

— Oh... Lamento tu pérdida, no...puedo imaginar cómo te sientes.

Una sonrisa bastante apagada se asoma en sus labios. Recordando lo conflictiva que era la relación de Blaze con su progenitor, no debía ser sencillo lidiar con tanto.

— Comprendo, estás casi recién llegada.¿Planeas quedarte o sólo estas de paso?

Con el agua ya servida y sentada al frente de ella, Blaze trataba de no ser tan obvia, Miruna había cambiado en muchos aspectos, sus caderas estaban más grandes, sus senos, sus piernas. Que preciosa estaba ¿Cómo estaría Blaze ante Miruna? Seguramente ya no era la misma chica adolescente de la que se enamoro.

— ¿Está bien el agua fría? Tengo natural también...

¿Por dónde empezaría? Blaze se había ido radicalmente luego de ese incidente, gracias a su padre. Eran recuerdos que no quería volver a traer al presente. Los evitaba traer al momento.

— Volví hace un mes. Contestando a tu pregunta de hace unos instantes... Fue raro volver, pareciera que nada hubiese cambiado a excepción de nosotras... Mi padre... Falleció hace seis meses, tome la decisión de regresarme.

Comenta sin mirarle, la vida de Blaze había Sido movida en ese tiempo alejada de Miruna.

De inmediato su vista baja hacia el canasto. Aún tenía dos entregas, pero eran clientes conocidos. Supuso que sabrían disculpar un pequeño retraso de su parte.
La mujer asiente leve con la cabeza, animada después le responde.

— Claro, me da curiosidad saber en dónde te escondiste todo este tiempo.

Una risa suave la acompaña mientras amarra la bicicleta con candado a un poste de luz en la acera.
Dijo una broma, con verdad. Cuando Blaze se fue, Miruna estuvo intentando encontrarla en internet por meses, hasta que se dio por vencida.

Al acercarse, la observa más de cerca. Qué mirada tan linda, le traía cierta nostalgia.

— Unos minutos y me voy. ¿Podrías darme un vaso con agua? Por favor.~

— ¿No quieres entrar?.

Fue directa como de costumbre, eso no había cambiado en su personalidad. La albina seguía sin quitar esa mirada de los ajenos.

Enseguida se hizo a un lado y abrió levemente la puerta.

— Digo... ¿Estás con mucha premura? No creo quitarte tanto tiempo

No tenía sentido, Miruna estaba trabajando pero Blaze simplemente lanzó esa propuesta.

— Bueno... si puedes... Así te explico un poco cuando llegue o..

Ya se estaba colocando más torpe ¿Por qué luego de seis años aún Miruna tenía ese efecto en ella?.

— ...

Se quedó mirando en silencio sin saber que más decir, había adelantado las cosas inconscientemente, se había dado cuenta al momento.

— Supongo que siempre seré una chica de pueblo. Ciudad pequeña, ya entiendes.

Se alegra un poco, tal vez de esa manera el encuentro se volvería menos incómodo. Miruna la observaba como una gata curiosa, a punto de saltar con sus propias preguntas. Años, que se resume en largos meses en los que poco a poco, le había olvidado. No del todo, por supuesto, siendo que esa mujer había sido muy importante en su etapa juvenil.

— ¿Te refieres a mis padres? Están bien, con buena salud. Se mudaron hace un tiempo.

Sonriente inclina su cabeza de lado. Ya comenzaría.

— Hablando de mudanzas... ¿Cuándo volviste?