Las ganas de saber más le carcomen la consciencia, y Hanabi era demasiado reservada. Por un lado, eso era terriblemente atractivo pero por otro, el instinto controlador de Miruna sufre. (?)

— Tampoco es necesario que te sobre esfuerces demasiado... Primero por tu bienestar y luego porque si trabajas tanto, no podré estar contigo tanto tiempo.

Como la veía más tranquila después del susto, la castaña estira su mano hacia el brazo ajeno. Con sus dedos índice y medio, simula una simpática y lenta caminata de éstos, elevándose hacia el hombro de Hanabi.

— Puedo darte algún relajante muscular y masajes si te sientes cansada...~ (?)