« Back to Album · Next »
 
Newest First | Oldest First
Sí, se había equivocado y de qué forma, sin embargo de no ser un acto hecho por un monstruo Miroku estaría en otro tipo de actividad con una mujer. ─¡Hiraikotsu!─El grito de batalla se escuchó por el recinto y a continuación el colosal boomerang quebró la puerta, girando sobre su eje se dirigió hacía el monstruo. Sango entró en la escena y al notar como la bestia esquivó el ataque saltando hacía atrás, hizo uno de ese instante para colocarse en frente del monje ─¿Está bien, Excelencia?─ Cuestionó dándole la espalda con una postura incluso tensa,no quería enfrentarle con la mirada pero tampoco bajaría la guardia enfrente de una criatura parasito, el Hiraikotsu al ser esquivado se clavó contra la pared y su dueña no tuvo más opción que desenvainar su katana.
Miroku · 31-35, M
Entonces tú eres el espíritu que manipula a todas las mujeres de éste lugar

Jejeje así es, monje. Todas las mujeres que habitan esta aldea han resultado ser unas excelentes herramientas para conseguir víctimas que me ayuden a recuperar mi fuerza. Y tú serás una excelente adición, seguro que tus poderes espirituales me ayudarán a recuperar todas mis fuerzas

Acto seguido, el monje arroja uno de sus pergaminos sagrados contra el demonio pero éste logra esquivarlo y de inmediato contraataca con sus tentáculos, mismos que son bloqueados por el báculo sagrado de Miroku

Tsk! Es bastante fuerte -Espetó Miroku

Es inútil que te resistas, monje. Pronto no serás más que un cadáver pero descuida, haré un buen uso de tus poderes ja ja ja ja!
Razón por la que allí estaba, "¡Debí imaginarlo!, y justamente tenía que estar aquí con una mujer", soltó un suspiro un tanto triste pero se llenó de valor para observar un poco más la escena pues la neblina estaba entronandose en el lugar, luego escuchó una tercera voz y aquello le hizo quedarse antes de actuar pues quizás se equivocaba.
─ ¡Vamos Kirara!─

Llamó a su felina después de vestir su traje de exterminadora, colocó el Hiraikotsu tras su espalda y brinco por encima del barandal junto a la gran ventana para caer sobre el lomo de Kirara quien optó su forma colosal. La gata se elevó no muy cercana a la neblina pero sus patas flameantes era la luz que les guiaba el camino.─¡Allá! Es el foco de la neblina ─ Le indicó a la felina quien voló hasta el lugar, se vio obligada a descender y Sango brincar de su lomo para entrar al santuario, se aseguró de portar la máscara para soportar el veneno, corrió entre el único pasillo que existia hasta una habitación ubicada en el fondo en dónde notó una tenue luz de vela encendida una suave respiración le acompañó mientras asomaba uno de sus ojos por el filo de la puerta corrediza; la escena le encendió una gran ira el ver a Miroku junto a una mujer que parecía estar sobre su regazo de espaldas los observó y no notó lo que en realidad sucedia por un momento le hizo olvidar la
Miroku · 31-35, M
Entre caricias, trago y comida sucede lo que es una efusiva noche para el monje, quien solo se limita a reír y disfrutar con el grupo de mujeres que lo rodearon y agasajaron como nunca antes lo habían hecho con él. Tras horas de festejo, cayó la noche y con ella acaeció el sueño para todos, salvo Miroku y una de las aldeanas, quien lo invitó a un pequeño santuario para pasar el rato.

Incapaz de resistir los encantos femeninos, gustoso aceptó Miroku. Estando a solas en el santuario se abrazaron, pero antes de que pudiera suceder cualquier otra cosa entre ambos, un aura maligna emerge de un pergamino. Aquella absorbió la esencia que previamente había incrustado en la chica, provocando que ésta se desmaye y aquella asuma su verdadera forma física, un rostro completamente elaborado de una sustancia viscosa y aguamarina-

[b]Ay Lo sabía, era demasiado bueno para ser cierto[/b] -Comentó con notable decepción

[b][c=#60BF8F]Bienvenido, Monje. Espero que hayas disf
No tuvo más remedio que seguirle, muy atrás pues la efusividad de las mujeres prácticamente arrastraron al monje hasta la gran mansión principal. La exterminadora observó toda la escena con una ira acumulada gracias a los comportamientos libidinosos por parte de Miroku.Ceñirse a solo tomar la cena y a alimentar a Kirara fue lo que hizo, aún con todo ese cumulo de sentimientos se mantuvo incluso distante pues al termino se levantó para retirarse de ahí con su gata demonio en brazos.
En su habitación halló descanso en el futón que le brindaron y en medio de sus sueños fue despertada por los gruñidos de su felina,de inmediato se alertó para levantarse y observar por la ventana,ambos ojos se abrieron en desmesura al notar como una niebla entronaba los cielos y edificaciones de la aldea. –Ya lo noté Kirara,es neblina de monstruo–
Miroku · 31-35, M
Antes de que pudiera responder a Sango, el monje se vio completamente abrumado por el grupo de mujeres que se habían acercado con la intención de brindarle un agasajo apropiado, circunstancia esta que le agradó en sobremanera- ¡Ja ja ja! Vamos muchachas, no tienen que ponerse tan efusivas. Hay suficiente Miroku para todas ¡Ja ja ja ja ja! –Con una sonrisa en extremo amplia y los ánimos más que estimulados, el joven se fue con ese séquito de féminas hasta la casa principal, donde le brindaron mucha comida, bebida y excelentes atenciones
— Escuche excelencia, de no encontrar nada aquí en una hora nos iremos, ¿entendido?— Buscó la mirada del hombre y sin querer ser testigo notó el gesto del monje. De inmediato la exterminadora se irritó y se logró ver como en su ceja derecha un tic nervioso a causa de la ira.—¿Me escuchó?—Aguardó respuesta pero justo en ese momento TODAS las mujeres de la aldea rodearon al monje, todas dispuestas a atenderle y preguntarle la razón de su maravillosa visita, rápidamente Sango pasó a ser ignorada especialmente por las mujeres. —A-Aguarde...¡Excelencia!— Le llamó cuando notó como arrastraban al monje la multitud de mujeres.
Miroku · 31-35, M
Sí, por supuesto -Siguiendo su ritmo, rápidamente se adentraron en la aldea. Por donde quiera que vieran, únicamente habían mujeres habitándola, siendo la mayoría de ellas bastante jóvenes y bellas; ante semejante imagen el monje se quedó anonadado con una sonrisa boba en los labios- Este lugar es maravi... Ejem, digo, es un sitio muy sospechoso. Será mejor que indaguemos más al respecto antes de actuar
— Entonces...¡No hay tiempo que perder!—

Y aferrandose a la correa que sujetaba su Hiraikotsu se aventuró a entrar a la aldea.

Add a comment...
 
Send Comment