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RobinHood1548942 · M
Contaba de manera lenta, tranquila. No parecía tener apuro de llegar hasta el número treinta. Cuando finalmente terminó, tomó algo de aire y dejó escuchar su voz con fuerza —, ¡bueno, lista o no, allá voy! — Se giró nuvamente y miró a su alrededor, tratando, sin muchas expectativas, de que ese primer vistazo delatase a la muchacha.
Como era de esperarse, le fue imposible. La playa parecía completamente vacía, como si no hubiese otra persona más que él allí. La arena también parecía inalterada. Ni huellas, ni rastros extraños. Cualquiera pudiera creer que a la estratega le habían salido alas, como si fuese una tengu auténtica.
Menos mal que contaba con ayuda. Después de todo, la joven nunca le dijo que él debía lograr eso solo. El avecilla descendió poco a poco sobre el hombro derecho de él, recibiéndole con caricias en la cabeza.
— Bien, dime, ¿Por dónde notaste movimiento?
El pajarillo trinó, y alzó vuelo para empezar a volar hacia el área que rodeaba el basurero.
Como era de esperarse, le fue imposible. La playa parecía completamente vacía, como si no hubiese otra persona más que él allí. La arena también parecía inalterada. Ni huellas, ni rastros extraños. Cualquiera pudiera creer que a la estratega le habían salido alas, como si fuese una tengu auténtica.
Menos mal que contaba con ayuda. Después de todo, la joven nunca le dijo que él debía lograr eso solo. El avecilla descendió poco a poco sobre el hombro derecho de él, recibiéndole con caricias en la cabeza.
— Bien, dime, ¿Por dónde notaste movimiento?
El pajarillo trinó, y alzó vuelo para empezar a volar hacia el área que rodeaba el basurero.
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