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[...] no sería suficiente para examinar todos y cada uno de ellos. Empezó a darle rienda suelta a su mente, tratando de idear algún plan.

Y entonces una idea surcó su mente.

Comenzó a caminar hacia la dirección del castillo de arena, pero sus pasos no le guiaban hacia éste, sino hacia una sombrilla que se encontraba clavada en la arena, junto a unas toallas, y cuya inclinación le impedían ver qué se ocultaba.

El arquero tomó una bocanada de aire, y dejó que su voz se oyese con fuerza en un potente grito.

— ¡Rider, tenemos que volver! ¡Me acaba de llegar un mensaje de que el Master nos está llamando con urgencia!
Desafortunadamente el avecilla no había sido capaz, cuando él contaba, de seguir con la mirada la grácil figura de la guerrera. Por ello apenas pudo darse cuenta de que su presencia se encontraba en las inmediaciones. El arquero no pareció molesto o contrariado por ello. ¡Aun le quedaba bastante tiempo para encontrar a su futura maestra!

Cuando llegó al lugar marcado por su acompañante, el único posible escondite que descubrió fue el basurero. Cauteloso, se acercó, hasta que, una vez allí, lo abrió de golpe. Con su mano desocupada hurgó fervientemente en la bolsa, aunque tan solo atinó a sacar vasos reciclables usados, envoltorios de caramelos y chocolates, y... ¿Una capa? La olfateó. Aun poseía el aroma de la muchacha.

El lado bueno, estuvo ahí. El lado malo... Bueno, ya no estaba ahí, y se había quedado sin pistas.

Entrecerró los ojos y miró con detenimiento los alrededores. Eran pocos los posibles sitios en los que esconderse, pero estaban dispersos y el tiempo [...]
Esta vez se escondió dentro de un castillo de arena magníficamente construido, por alguna razón estaba hueco, quizá los servants niños lo utilizarían para jugar luego. Pero era lo suficientemente grande para esconderla y no dejarla a la vista, especialmente si se contraía y se hacía "bolita".

El escondite perfecto, además, es otra trampa. No cree que el arquero sea capaz de romper las ilusiones de un niño destruyendo su obra de arte sólo para ganar el juego y beber sake.(?)
Escuchó un aleteo inusual, antes no habían gaviotas y si no estaba mal, el trino del pajarillo que revoloteaba cerca ya lo había escuchado antes, era amigo del arquero. Sonrió internamente, pero ella también sabe de trucos. Cuentos errantes de Shana-Oh, acto uno. Ojo de Shiva - Detectando las cinco enseñanzas secretas.

Primera lección: La vida puede ser injusta y Ushiwaka una persona traviesa.

Activó el Noble Phantasm Ojo de Shiva, el cual permitía una reubicación forzosa de todos en el "campo de batalla" dando ventaja a los "aliados" aunque esta vez sólo lo usó para reubicarse. Ya no sólo era el arquero, ahora tenía un vigía aéreo que podría detectarla, las cosas se complicaban. Había dejado el basurero, pero en su lugar dejó su capa para mantener el disimulo que la bolsa estaba llena. Los monjes también solían usar artimañas para intentar encontrarla, pero ella siempre los evadía. Esto no era diferente. {...}
Contaba de manera lenta, tranquila. No parecía tener apuro de llegar hasta el número treinta. Cuando finalmente terminó, tomó algo de aire y dejó escuchar su voz con fuerza —, ¡bueno, lista o no, allá voy! — Se giró nuvamente y miró a su alrededor, tratando, sin muchas expectativas, de que ese primer vistazo delatase a la muchacha.

Como era de esperarse, le fue imposible. La playa parecía completamente vacía, como si no hubiese otra persona más que él allí. La arena también parecía inalterada. Ni huellas, ni rastros extraños. Cualquiera pudiera creer que a la estratega le habían salido alas, como si fuese una tengu auténtica.

Menos mal que contaba con ayuda. Después de todo, la joven nunca le dijo que él debía lograr eso solo. El avecilla descendió poco a poco sobre el hombro derecho de él, recibiéndole con caricias en la cabeza.

— Bien, dime, ¿Por dónde notaste movimiento?

El pajarillo trinó, y alzó vuelo para empezar a volar hacia el área que rodeaba el basurero.
—Está bien, te invitaré todo el sake que puedas beber.

Hasta ganas de beber le dieron también. Con el entusiasmo por lo alto y su adverso comenzando a contar, sin más dilación "desapareció" del entorno, y no, no es una caster como para usar magia, simplemente usó su agilidad A+ para esconderse sin dejar rastro de huellas en la arena; está orgullosa de ser uno de los sirvientes más rápidos. El problema era los pocos lugares para meterse. Que si bien hay sombrillas y otros objetos que los servants han estado usando para jugar en la playa, tampoco es que sean suficientes para esconder a una persona. Entonces, se las ingenió.

Se metió en un basurero vacío y sólo Dios sabe cómo logró cerrar la bolsa para simular que está lleno. Estaba segura que él no buscaría entre la basura pensando que le daría asquito a ella.(?) El lugar es incómodo y pequeño, pero no supone un problema, ha tenido que esconderse en lugares de tamaño similar con anterioridad.
|| Recién vi que esto me cortó el último párrafo.

Sin más demora, comenzó a contar.*
Entrecerró los ojos cuando su "maestra" le indicó el premio que recibiría por ganar. ¡Aprendizaje! ¡El aprendizaje, decía! Entrecerró los ojos, y la disconformidad se dibujó perfectamente en el gesto de su rostro. Posiblemente estaba a un solo paso de mandar al demonio ese trato. Sin embargo, su acompañante supo manejar la situación y ofrecer un trato mucho más tentador.

— Hm...

Su semblante ahora se tornó pensativo, y su mano izquierda se posó sobre el mentón. Reflexionó por unos momentos qué pudiera pedir de ella, hasta que asintió con la cabeza y chasqueó los dedos.

— Si yo gano, te tocará invitarme a unos tragos. Ahora que lo pienso, nunca he probado el sake. Me da curiosidad.

Dicho eso, se dio la media vuelta. Dirigió la mano zurda hasta la pequeña ave que se encontraba posada en su hombro derecho. Dio un suave beso sobre su plumaje, susurrándole algunas palabras, y luego la criatura echó a volar. Él tomó un poco de aire y suspiró de nuevo.

Sin más demora, comenzó a
—¡Esto es tu entrenamiento! Además este lugar es para principiantes, estamos en la playa, sólo hay arena, palmeras, agua y piedras. Te la estoy poniendo fácil Archer, así que no te quejes.

Quien la tiene más difícil es ella, apenas hay lugares donde esconderse, aunque tampoco es un problema, como la maestra de los juegos del escondite, hasta con un sólo árbol puede pasar desapercibida.

—Tienes razón, no sería justo si sólo tienes castigo... ¡De premio recibirás el conocimiento para aprender a escabullirte de BB-san!

Si... en verdad parece una estafa, pero es que no sabe qué darle de premio. De todos modos rió y anexó.

—Te daré lo que quieras, siempre y cuando pueda dártelo. Muy bien, empecemos. Puedes contar hasta 30 y yo procederé a esconderme.
— ¿E-Eh? ¿Así, sin más? ¿No me darás algún consejo? ¡Has admitido ser mejor que yo, y quieres que te encuentre sin entrenamiento previo!

Le estaban estafando, de eso no le cabía la menor duda. Y él sabía muy bien de eso, ya que la joven Rider no era la primera que trataba de obtener golosinas de él. Ya conocía a una oni a la que tenía que consentir con dulces y demás para evitar berrinches catastróficos e intentos de homicidio.

suspiró de nuevo. Algo le decía que no iba a conseguir mucho tratando de razonar con la muchacha, por lo que acabó por asentir con la cabeza.

— Muy bien. Pero entonces si recibiré un castigo por perder, también deberé obtener un premio por ganar. ¿Qué obtendré si te encuentro antes de las dos horas?

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