Digo que... Si, ah... no quieres hacer cosas impropias, no... me mires. —Estaba tan ruborizado que aunque no fuese asi, sentia su propia respiración mas tibia de lo usual al igual que sus orejas.—

¿Hm? No te escucho. -Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro al verlo de esa manera, claramente esperando respuesta, sus ojos en ese momento rojos, seguían puestos en el-

Ah... —Paso saliva y tras tomar un poco de valor, regreso su mirada hacia delante, mirandole fijamente completamejte ruborizado.—

¿Estás seguro que no quieres que te vea? -Arqueó una de sus cejas y sonrío de corma amplia como cínica, aún tomándole del mentón-

—Le provoco carraspear y aumentar su rubor inevitablemente, desviando su mirada hacia otro lado.— N-No me veas entonces.

No te sonrojes, me haces querer hacer cosas impropias... -Le toma del mentón y lame su mejilla como si su rubor fuera un caramelo de cereza-

—Se sonrojo un poco.— Claro... seria genial verte asi mas seguido.

¿De verdad lo crees? A veces me gusta usar trajes formales cuando voy a reuniones de negocios, pero si te agrada puedo vestirme así más seguido. -Guiña-

Te queda bien la formalidad... Muy bien considero yo.