[code]Quizá no sea tan inocente, pero no quiero que se inmiscuya en todo esto, no quiero ser yo que la atraiga a éste mundo, a menos claro que ella lo desee.
-Notó aquella sonrisa en el joven, lo cual le extrañó, quizá era ¿picardia? No había forma de saberlo de forma certera, suspiró suavemente y se encogió de hombros ante aquel comentario sobre la cercanía.-
Para mi no era nada íntimo ni privado, la chica siempre es así de burda y osada.
-Nuevamente la miró de reojo esbozando una leve sonrisa.- [/code]
¿Seducir Minami? No soy ese tipo de diablo, prefiero los pactos y convocaciones sobre seducciones y susurros . . . Aún si fuese de ese modo la real decisión queda en ti, dudo que sea tan inocente como le haces ver.
-Dijo el galante hombre de traje blanco, acomodando su su corbata del mismo tono, posando sus ojos escarlata en los de la fémina frente a él alzando su rostro y ofreciéndole apenas esbozo de una pequeña sonrisa. Él siempre era serio, siempre era frío y directo al grano y en este ocasión no era distinto, el mago y diablo a cargo de los registros de Mashkeen observó de modo expectante a la pelirrosa, dándole una mirada momentánea apenas a aquella que se encontraba sonrojada y silenciosa ante la presencia de ambos, para así acotar.-
Bien parece qué he interrumpido un "momento" entre ustedes, si ese es el caso lamento aquello, no soy demasiado familiar con . . . los estatutos y sentimientos humanos. Quizá alguna vez lo fui, pero mi memoria ha olvidado ya.
[code]No, ella es inocente aún, le falta mucho por vivir es casi una niña.
-Mencionó al ver a la joven de cabellos rojizos de reojo, al menos la aparición del joven había servido para que ella cesara ese contacto tan íntimo y extraño que estaba haciendo, aún a pesar de ello, era su amiga y claro en los luceros azulados de Minami podía verse el cariño que tiene por esa pequeña criatura.-
¿Por qué? ¿Acaso la quieres seducir a ese camino oscuro? No, ella aún tiene esperanza, no es como yo. [/code]
Interesante vista sin duda alguna, parece ser que tenías a una gemela y no me lo habías hecho saber. ¿Ella también sigue tu camino?
-Preguntó con calma aquel pelinegro, era difícil saber cuánto tiempo llevaba allí, pero se le notó inmutable, su rostro no presentó emoción alguna, a excepción de sus fulgurantes ojos acarminados, mientras sostenía una pipa con un relajante aroma a canela entre dos dedos.-
