[code]-Parpadeó un par de veces desconcertada por lo que recién sucedía, de pronto sus ojos volvieron a su tono normal, azulado, y se vio obligada a ponerse de pie, extrañada observó a Hauru, de repente sintió muchísima vergüenza y sus palabras claramente la hicieron sentir mal. Los ojos de Minami comenzaron a nublarse con un par de lagrimas, y mantuvo la cabeza agachada, siendo su mirada cubierta por su flequillo rosado, después se soltó del agarre de aquel y miró de reojo a Aleksander.- ... Me voy. -Con ayuda de sus habilidades vampíricas la joven hizo aparecer sus alas hechas de cartílago negro y desapareció del lugar surcando los aires.- [/code]

-Toma a la mujer pelirrosa por la muñeca derecha y la hala para así lograr que ella se ponga de pie y deje de estar sentada en aquel hombre, después de ello mira a éste con desprecio y hasta odio.-

Minami, no prestes a estos circos y a estos juegos ¿Qué no ves que está jugando contigo?

-Asevera en contra de aquel, atrayendo a la mujer a la comodidad de sus brazos para reconfortarla ahí.-

Alguien que te respetara de verdad no haría estos desfiguros en público, así que andando...

-Sin más por hacer se lleva a la chica y la termina cargando como si se tratase de una VERDADERA princesa y no solamente de una zorra más en el harem de ese sujeto.-

[code]Mordió su propio labio para traer su conciencia a flote, recuperando esa trastornada personalidad que no tardó en querer voltear las tornas de la situación. La zurda se movió de forma serpenteante hacía el interior del muslo, iniciando su movimiento desde la cadera hasta su destino, dejando una frágil caricia que podría pasarse por alto fácilmente.─ Esa mirada tan indecorosa y llena de deseo merece un premio. Así que te permitiré tomar mi sangre... Abre la boca... Y no olvides cerrar los ojos.~ ─ni siquiera se tomó la molestia de pedirlo amablemente, estaba ordenando con un tono ligeramente meloso. Y, con esa actuación, su sonrisa se curvó con esa aura maquiavélica que reflejaba su retorcida idea.[/code]

[code]Cada segundo que pasó, en esa demostración tan elevada de tono, provocó que su sangre comenzara a hervir de manera progresiva y el órgano vital comenzaba a moverse con cada vez más fluidez. Como si de un reloj se tratara, ese palpitar tenía un ritmo atrayente; completamente hipnotizante que dejaba expuesta su naturaleza humana... O no. Ese ferviente beso terminó y él permitió ese acercamiento tan precipitado sobre su cuello. Sus ojos se eclipsaron tras los párpados, disfrutando de esa mimada atención que le brindaban tras escuchar la melodiosa voz que encandilaba sus sentidos y nublaba sus pensamientos. La vampira era un deleite audiovisual y estaría dispuesto a ofrecer su carmín fluido, ignorando las condiciones que había dado.─ Qué egoísta de tu parte. ─[/code]

[code]No... Posiblemente no me pueda controlar... -Pasó saliva y tuvo que detener el beso unos momentos, su respiración era audible y profunda, cuan bestia controlando sus impulsos e incluso sus ojos se tiñeron de carmesí.- Tu sangre... Tu esencia... Necesito todo...~ -Y cómo adicta, acercó sus labios al cuello ajeno y comenzó a propinarle varios besos y ligeras succiones sobre el ajeno, mientras su rostro dibujaba una expresión extraña, una sonrisa lasciva, coqueta, acompañada de un rubor bastante visible y su mirada ahora enrojecida que albergaba un par de corazones en lugar de pupilas, si fuera una clase de canino, poco le faltaría para sacar la lengua.-[/code] (2/2)

[code]El era un humano, ella una vampira, si se enojara "en serio" seguro podría lidiar con eso, pero el punto aquí, es que ambos estaban cada ves más peligrosamente cerca el uno del otro, cuando pensó que se iba a alejar y que el beso había terminado, sintió una curiosa intromisión dentro de su boca, suave, húmeda y cálida, se trataba de aquella lengua, esa calidez a la que era adicta ya que por sí misma no lo podía sentir. Su lengua se encargó de recibir aquella, enredándose entre sí de forma circular, después moviendo su punta en un delicioso vaivén de arriba hacia abajo, todo mientras sus salivas se mezclaban formando un exquisito elixir entre ambos. La mano de la joven viajaba hasta ese cuello ajeno, en el cual podía percibir como corría el torrente de su sangre ¡Qué hermosa era la vida! ¿Sería que podía nuevamente probar un poco de ella y sentir como embriagaba sus labios y su organismo? Moriría, no, mataría por experimentar de nuevo esa sensación.- (1/2)[/code]

[code]Ignoró ese dichoso cumplido con una curva perfecta de sus labios. La ignorancia era una bendición, pues cualquiera que lo conociera realmente temería lo que podría llegar a hacer si estaba enojado.─ Y más, y más, y más... ¿Hasta qué? ¿Hasta que estés con los labios hinchados, la respiración agitada y un fuerte rubor sobre tus mejillas? ─podría haber dicho mucho más, pero fue silenciado con tan magnifico movimiento. Sus manos cesaron el movimiento para adaptarse a esa unión, apegándose contra el cuerpo femenino hasta que él mismo corrompió el momento y lo elevó al siguiente nivel. Sus labios se abrieron y dieron paso a su lengua, misma que no dudó en adentrarse a la cavidad bucal ajena para buscar a su pequeña acompañante. Una danza apasionada comenzó entre ambos músculos, degustando de ese sabor tan particular. [/code]

[code]-Soltó una breve risita ahogada y mordió su propio labio inferior al ver aquella reacción, claramente le había divertido y hasta su gustado esos gestos.- Uy, que sexy te ves enojado~ -Al sentir esas caricias sobre sus exquisitas piernas recubiertas por aquellas medias, sintió que su cuerpo se estremeció completamente desde sus pies hasta la médula, frunció el entrecejo como si por dentro sufriera, aunque en realidad lo que tenía era demasiada timidez, pero su orgullo le impedía dejar que el ganara.- Tal vez debería hacerlo y mirar otra de tus reacciones y así seguir, más y más... ~ -Sin haberse separado decidió sellar esos labios con un beso suave, mientras le iba abrazando y moldeándose a su cuerpo, presionando a la vez sus bellas y exuberantes formas a el, aunque en realidad todo aquello lo hacía para evitar que el la mirase o ella lo mirase, realmente estaba en una especie de pánico interno.- [/code]

[code]─ Es un regalo para ambos. ─sentenció con firmeza para que no se arruinara el momento. Estaba gozando de ver ese tono rojizo sobre el angelical rostro de la mujer, siendo esas mismas reacciones las que venía buscando desde un inicio.─ No empieces a tocarme los cojones con esas preguntas infantiles. ─frunció el entrecejo con ligereza, mostrando un cierto desagrado que se desvaneció tras unos segundos.─ Aunque sí puedes tocarlos de la manera literal. ─su malicia salió a flote y, con ello, su tacto se deslizó por las piernas recubiertas por esa fina tela.[/code]

[code]-La carcajada sabía que era una vil mofa hacia su actitud, frunció un poco el entrecejo y se cruzó tanto de brazos como de piernas, en una pose un tanto más arrogante y menos sumisa como la anterior, pero no pudo mantenerse mucho tiempo de esa manera, ya que fue halada vilmente para así usar al joven de su asiento, miró fijamente a esos ojos grises, apegando su nariz a la ajena en un suave tacto como si fuera a hacer algo, aunque su rostro estaba encendido en color rojo.- Vaya...~ Creí que el lucir esto era más un regalo para ti que para mi. Ya que puedo percibir te encanta. -Entrecerró sus parpados y dejó salir su siempre frío aliento sobre los labios ajenos, abriendo los propios de forma sugerente.- ¿Qué es para ti "portarme bien"?[/code]