[code]Nunca había visto a alguien tan ansioso de que muerda su cuello, entonces, te daré y me daré ese placer, puede doler, así que no acepto quejas.~ -Y así en ese suave susurrar que acarició la piel ajena, como si la preparase para lo siguiente, encajó sus dientes sobre la misma, haciendo que comenzara a fluir su cálido y vital fluído carmesí, que empezó a invadir sus papilas gustativas, haciendo que la vampiresa se sonrojara y sus ojos se cerraran. su rostro tenía una expresión de gusto y placer, porqué hasta el momento sólo se había dedicado a beber de bolsas de bancos de sangre, su respiración se hizo más densa y al recolectar lo suficiente como para saciarse, relamió sus labios y sonrío totalmente gustosa, dicha expresión también reflejaba otras cosas.- Joder... que deliciosa está.[/code]