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Hacía ya un par de días que Mikhe había huído de aquella extraña chica. Inquietante, como... muerta. Si. Así podría juzgarla, como una muñeca que se mantiene de una manera inquietante, en movimiento.
Sin embargo no tuvo valor de volver al trabajo en la siguiente noche, hasta otra después.
Para su fortuna; el chico no se encontró nuevamente con esa tipa.
Como es su rutina, se mantiene en la esquina de las calles en auel vecindario donde abundan los casinos, los bares, y los hoteles. Vestido como una colegiala, como es su papel, y como sus clientes, viejos y nauseabundos se derriten al verlo
 
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(....) me gustaria charlar en medio de la calle...- Y no por que fuese motivada por el miedo o la cautela, mas bien por que era algo que la hacia sentir sumamente jodida - O podemos ir a mi cuarto de hotel si es que lo prefieres..
[c=#660066][i]Sin duda alguna el no llamar la atencion es uno de tus talentos no?...

- Rodaria los ojos tras decir aquello con un marcado sarcasmo en su voz. No le interesaba en lo absoluto que hubiesen cazadores u otras criaturas alrededor, seria extraño y completamente excitante el encontrarse con alguna otra criatura que pudiese hacerle la pelea.
Aun asi decidio ingnorar tanto al muchachito como a la especie de asesino que rondaba cerca de ellos, aunque necesitaria de un poco mas de intimidad si es que queria hablar con el otro como correspondia -

Como te estaba diciendo.. te estuve intentanto contactar.. necesito de tu ayuda...

- Se acercaria a el, esta vez de manera casual y relajada, como si simplemente estuviese paseando con un viejo amigo. Al llegar a su lado posaria una mano en uno de los antebrazos de este, mirandole de reojo - Si logras comportarte como algo medianamente normal te invito a un bar para que charlemos.. no es algo que(...) [
(...)
sólo pensar en hacerlo.

-Te dije que te llevarás a ése cerdo o lo callaras...

Escucha muy lejana la voz masculina.
En algún momento, como si fuera algo lejano, escucha un "cállate" de una voz masculina, y, a la para con la sensación de adormecimiento que siente desde que la chica lo mordió, la inmovilización que no explica como; se une un dolor horrendo que le quema la garganta.
Si tuviese que definirlo sería como si alguien introdujera un hierro ardiente por su garganta y la estuviese quemando con ello.
Aquel dolor, no sólo lo siente ahogarlo, sino que destruye sus cuerdas bucales y le genera la impotencia de no poder siquiera exhalar aire para aliviar la asfixia.
Así como está, amarrado por el poder de la chica, comienza a retorcerse del insoportable ardor que siente destruir su garganta.

Él mismo no tiene idea de porque ocurre tal cosa, y se le viene a la mente la mordida de la chica. Sin embargo, un ser como ella sabría que es obra del otro monstruo, el de cabellos azabaches, que consigue quemar la garganta del muchacho lo suficiente para callarlo, y esto con
(...)
miserables criaturas por creer que están al nível de un inmortal como él. Alguien de elite guerrera en lo divino.
El esparvus arquea una ceja con cierta incredulidad, a las palabras de la vampiresa. Realmente no entiende quien carajo pagaría por cogerse a un mocoso llorón con un color de cabello parecido al vómito de un troll. O al menos, eso le parece al azabache.
–¿No me has escuchado lo que te dije? Hay cazadores cerca...
La charla es interrumpida por un rápido movimiento del azabache con la mano, en el cual, al momento levanta una pared de cristal carmesí con destellos de oscuridad, pared que cuando es golpeada por una bala se fragmenta en trozos, tras una fracción de segundo, algo que alcanza al azabache para desviar el disparo con su daga.
-Llevate a tu maldita cosa...
Replica con frialdad despectiva, mirando con una furia, tan abrumadora hacia el lugar del que provino el disparo, tanto, que el mismo gesto casi deforma las facciones atractivas del joven.
Aquel gesto, tan sólo lo han provocado Arfirus. Que unos cerdos mortales lo hagan, sólo con utensilios mágicos... no perdonará a esas
Claro.. darme náuseas es un favor encantador…- Afilaría la mirada hacia aquel otro ser, no se había atrevido siquiera a intentar respirar pues aún veía aquellos repulsivos restos humanos. - recuérdame agradecértelo más tarde...

- Escucharía entonces las palabras de este sobre el chiquillo, percatándose apenas del llanto de este que realmente le tenia sin preocupación alguna. Aún así al instante de su ojo izquierdo se deslizaron unas espesas sombras bajo el parche que lo cubría, las cuales se irían a enrollar en el cuerpo del niño para impedirle escapar -

Dudo que sea tan idiota como para hacer eso.. - Soltaría una risa divertida, casi infantil pues estaba más que claro que disfrutaba del miedo que este sentía - Nadie le creería.. terminaría en un psiquiátrico y allí tendría que entregar todos sus agujeros de manera gratuita.. no creo que le atraiga la idea.. ahora, que rayos haces aquí? Hace un tiempo que quería hablar contigo
Mikhael en ése momento no puede pensar. Siquiera parece recordar que hacía ahí; sólo le viene a la mente que va a morir en las manos de aquella mujer. No. No es una mujer, aunque parece una.
Jamás había pensado que los monstruos, ésos cuentos que son para asustarse, realmente existieran.
Es el único pensamiento que le viene a la mente cuando la chica está sujetando fuertemente su cuello; tanto, que las manos lastiman el mismo.
Es así, que mientras rompe en llanto, un dolor agudo a su tráquea, sirve para acallarlo.
La desesperación se apodera de él, cuando tras el dolor experimenta el adormecer de todo su cuerpo, mientras sigue despierto. Es como si aquello fuese una especie de veneno que le impide moverse, que le impide escuchar, más no mirar, ni sentir dolor.
Cuando la chica lo suelta, piensa en echar a correr y escapar. Su cuerpo no le responde en absoluto, y aquello hace que comience a llorar desconsoladamente.
–Te estoy haciendo un favor...
Resopla irritado el azabache mientras observa plácidamente como el rostro del horrible hombre se derrite por si sólo como una vela, arrancando si, bastantes alaridos y un olor desagradable a carne quemada.
–Este cerdo venía por tu presa... aunque, ¿no es que a los vampiros les gustaba la sangre vírgen? Claramente ésa porquería no es vírgen, aunque lo parezca para los terrenales.
Un tono bastante despectivo, refiriéndose al muchachito que disfrutaba la vampiresa hace unos momentos.
–Gracias a mí, tu juguetito está tan muerto de terror que no le alcanza su limitada mente a pensar que puede gritar por el auxilio a uno de esos... ¿como los llaman? ¿Caza vampiros? Te sugiero que acabes con ésa cosa o te la lleves a otro lugar, porque hay uno de esos metiches cerca de aquí.
Sentencia por último el azabache.
Y, en efecto, el chico se encuentra sollozando, y tan abstraído en su miedo, que siquiera nota que no sólo hay un "monstruo", sino dos, junto a él.
(....) Estaba frustrada y bastante incómoda por el aroma que los actos de aquel otro inmortal provocaban, por lo que disfruto apenas de un par de tragos de aquel delicioso líquido antes de alejarse con un gesto furioso.-

Joder.. me harás vomitar con ese maldito aroma.. que asco - Gruñiria con furia más en un tono de voz sutil, como si el otro estuviese a su lado, y realmente poco le importaba aquel chico que aún sostenia - y yo que pensaba quitarme las ganas esta noche...

- Acto seguido a sus palabras soltaría al prostituto, dejándole caer sin cuidado, dejando de respirar mientras se volteaba para mirar a aquel otro, relamiéndose los labios casi de manera lujuriosa -

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