[code]De pronto, entre pleno conflicto verbal entre ambos sujetos masculinos, el perseguidor, quien llevaba un traje smoking de color blanco en conjunto con la parte inferior, mientras que de calzado llevaba un par de zapatos negros y guantes blancos. Aquel ser notó una presencia cercana, era bastante peculiar, pero prefirió obviarlo; él tenía agudos sentidos.
El otro hombre no parecía haberse percatado de nada, estaba más sumergido en su miedo y en las expresiones faciales que ejercía notándose entre ellas la frustración de no poder responder de una forma más favorable para él. [/code]
─ [code]¿Huirás de nuevo o aquí terminaremos esta carrera?[/code] ─
[code]Nuevamente dio un paso al frente, pero esta vez aquel sujeto no retrocedió; permaneció varado frente a él, pelando los dientes y con una expresión rabiosa. [/code]
─ [code]No me importa lo que seas en realidad, pero eres una aberración y pase lo que pase, te voy a eliminar.[/code] ─
[code]Con la decisión en su mirada, aquel hombre avanzó lentamente hacia su perseguidor, quien con la mirada seria observaba como acortaba la distancia. Cuando más cerca se encontraba, más velocidad imprimía a su recorrido, cuando de un salto inició una carrera hacia el hombre del traje blanco. Una vez frente a él lanzó una serie de puñetazos y patadas en series de tres elementos por combinación. Aunque eran muy rápidos los golpes, el hombre de traje blanco no parecía tener dificultades para eludir cada movimiento ajeno. Fue retrocediendo a medida que el de traje negro lanzaba todas las combinaciones que se le ocurrían, incluso dando algunos volantines acompañado de patadas ascendentes y descendentes cual acróbata y maestro de artes marciales. Pero aún así el hombre de traje blanco esquivaba todo cuanto se le era lanzado y aprovechando un giro en el aire que el otro dio, el de blanco arremetió con una fuerte parada lateral golpeando la pierna izquierda del otro suspendida en el aire haciendo una barrida que llevaría al afectado a impactar brutalmente contra el suelo. Mientras permanecía tumbado, miró hacia arriba fijándose en los ojos serenos de aquel ser tan hábil. El hombre de negro sentía la impotencia de no poder hacer nada para defenderse en realidad. [/code] ─ [code]Qué frustración... Pensamos que serías una presa más fácil debido a tu condición... [/code]─
─ [code]No habían motivos para pensar eso, fue su error. [/code]─
[code]Entonces levantó el brazo derecho lo más recto que pudo sobre su cabeza. De la punta de su guante emergieron cinco extensiones que destrozaron la tela. Dichas extensiones de sus uñas en forma de garras, medían 20 centímetros.[/code]
