Le frunció el ceño solamente un poco. —¿y qué te da risa de eso?—

— Te veías muy adorable con ese disfraz de rana. — Llevó una mano hasta sus labios cubriendo una breve risa que se le escapó.

—Pues así será... Hasta que Koray haga algo de nuevo. Me convirtió en gata y después en rana.... Por eso me viste con ese disfraz.—

— Prefiero quedarme como estoy ahora. — Le sostuvo con fuerza, impidiendo que se fuese a caer.

—Pues… estas bien en los 3…— Se puso a dormir mientras le tenía encima.

— Mucho menos para ser una espada. — Respondió en un tono bajo, casi de susurro, le resultó inevitable soltar una corta risa por su propia broma.

Le dejó descansar aún acariciando su espalda. —Creo que nadie te prepara ni para ser hombre ni mujer en realidad... Estamos bien así, será raro volver aún así.—

Apoyó la cabeza contra su hombro con su ojo cerrado, detuvo sus caricias, simplemente quería descansar. — Espero que así sea, quiero volver a la normalidad, no estoy hecho para ser mujer. — Se quejó, para después corresponder a su beso con la misma lentitud.

Solamente se mantuvo con ella descansando mientras le acariciaba su espalda. —Si dormimos seguramente se quita el efecto de todo esto.— Antes de eso le besó con suavidad y se apartó. —Buenas noches.—

Apartó la mirada ruborizada, no encontró palabras para decirle, simplemente se abrazó a él, con sus emociones a punto de desbordarse.