*se quedaba mirando a la menor algunos minutos pensativo, moviendo con total calma las colas*
Tardará años, pero es para no lastimarte a ti misma, y probablemente, puede que si, o puede que no, aunque igual podríamos tener comunicación como ahora.
*se quedaría estático ante el toque de la menor, y era demasiado orgulloso aún como para ofrecerle una muestra de afecto a ella*
Iremos practicando de a poco, puedo irte dando mínimas partes de mi chakra durante algunos entrenamientos de manera que te vayas acostumbrando a el y no tenga efectos secundarios...
-Se alza y aprovechando que su tamaño es accesible y llega a esparcir los labios sobre el pelaje de su cabeza, dejando un gesto tan cariñoso.-.
¡Gracias por ese regalo! y yo creo que unos 100 o 200 años y yo solo necesito unos años para ser tu jinchuuriki . . .pe ro. . . ¿como podré controlar tu poder?
**Conocía suficiente a la menor sabiendo que estaría imaginando cosas durante dias, pero la dejaría ser después de todo era la que más le agradaba incluso siendo una niña, sonriendo*
Si, Jinchuriki, estoy seguro que podrías, y mi edad... ¿Cuántos crees que tengo?
¿Un regalo especial? -Quedó boquiabierta. Si algo la caracterizaba era tener una increíble imaginación y una tremenda curiosidad. Aunque no lo dijera a partir de ese momento empezaría a maquinar alguna forma de tener 18 años sin esperar mucho, así contabilizaba en sus dedos, entendiendo que era demasiado tiempo.-
¡. . ...JINCHUURIKI ! -Con el alma vociferaba demasiado arrebatada- ¿Eh? si, por eso también deseo saber qué edad tienes Kurama.
*Se le escapaba una sonrisa entretenida mientras miraba a la menor, sin duda la pequeña sería realmente fuerte conforme fuera creciendo, y más perteneciendo a dos de los mejores clanes*
Bien, me dejaré cuidar también por ti, y a tus 18 te daré un regalo especial, te dejare ser mi Jinchuriki si quieres.
-Que determinada era su voz infantil, tan aguda. Ahora su camino de ninja es no soltar nunca más aquella pata y dejó que está frotara sus sedosos y cortos cabellos.-
Pero . . . ¿me dejas cuidarte también? lo que tú sientes es importante, eres mi Kurama después de todo, yo también te protegeré ¡
*se quedaba mirando a la menor con seriedad y suspiraba poniendo su pata sobre la cabeza de la menor a manera de darle una caricia*
Siempre y cuando no te alejes mucho, estarás bien, yo seré quien te cuide pero aún así, no les digas o nos van a separar aunque tú no quieras, Himawari.