No hay razón para golpearme ¿o sí? —Le llegaron esos murmullos y alzando una ceja, bajo la mesa le pegaría con la rodilla. Un golpe muy sutil en el muslo ajeno.— Conmigo no tienes que fingir.
– La demonio lo observaba con el ceño fruncido pero luego le mostró una suave sonrisa.– ¿Por qué no te he golpeado? Bueno... Sí, he estado con los ánimos por el suelo... Pero soy la poderosa Megara... Nadie ni nada me puede lastimar. –Dijo lo último en un suave murmullo.–
—Dejándose espantar sólo por esta vez, descansaría sus brazos igualmente sobre la mesa, encorvando su espalda y soltando un suspiro.— No quiero sonar pesado, pero tu falta de ánimo se ve en la cara larga que traes.
B-bueno... Esa es mi kriptonita. {?} – Lo permitió hasta cierto punto, pues luego levantó la mano diestra y lo espantó, sabía las intenciones del muchacho y no dejaría que le lastime los ojitos.– ¿Actríz? ¿Por qué lo dices?
A menos que sea un tomate ¿cierto? —Despejaría el rostro femenino de algunos mechones y avistando sus ojos, amenazaría con picarle uno de ellos con el índice.— He conocido mejores actrices que tú.
– Negó con la cabeza y permaneció en la misma posición pero cuando sintió aquellos "piojitos" sobre los cabellos, hizo que la demonio asomara sus ojos color carmín, observando fijamente al muchacho.– No hay nada que le pueda hacer daño a un demonio como yo. {?}
¿Alguno te cayó mal? —Jala una silla cerca a la mesa para tomar asiento a su lado y estirando una mano hacia los cabellos negros, le hace piojitos.— (?)
Humanos. {?} – Murmura la demonio y vuelve a recostar la cabeza sobre los ante brazos. Le gustaba estar así, ya que era la única manera de no mostrar el rostro.–
